"La puerta del Infierno"



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Auguste Rodin
La puerta del Infierno

1880 - 1917
Bronce; 550 x 350 x 90 cm

Varios historiadores del Arte han señalado la habilidad de Rodin para aprovechar los buenos oficios de amigos influyentes. Admirado por personalidades como el político Gambetta, los escritores Pierre Loti y Sully Prudhomme o el músico Charles Gounod, es gracias a sus influencias que, por decisión del 16 de agosto de 1880, Rodin recibió de la dirección de Bellas Artes el encargo de una puerta que debía ser decorada con bajo relieves inspirados en "La Divina Comedia" del poeta italiano Dante Alighieri (1265 - 1321). Esta puerta estaba destinada a un museo de Artes Decorativas que se proyectaba construir en París, en el Cour del Comptes, destruido en 1871 (lugar donde hoy se levanta el Museo de Orsay). Es probable que fuera el propio Rodin quien sugiriera el tema, pues era un gran admirador de Dante y solía llevar un volumen de la obra en su bolsillo, pero en su largo proceso de elaboración dará también acogida a temas de Baudelaire. Enseguida se abocó al trabajo con entusiasmo, en el taller que le había sido asignado, un depósito de mármoles en la calle de la Universidad. Imaginó en primer lugar una composición en paneles como la de la Puerta del Paraiso de Florencia (del escultor Ghiberti, 1425-1452). Sin embargo, rápidamente decidirá suprimir la partición de las hojas. Una maqueta de 1880, ya presenta una estructura próxima a la que adoptaría definitivamente.

Tres sombras


Sobre el dintel de la puerta, las "Tres sombras" retoman la forma del Adán expulsado del Paraiso, repetida tres veces. Un procedimiento muy habitual en el proceso creativo de Rodin.

De la obra de Dante le interesó especialmente la parte más sombría, el Infierno. El primer año fue sobre todo consagrado a los bocetos, siguiendo de cerca el texto del poema, pero enseguida comienza a modelar, trabajando con los personajes principales, Paolo y Francesca, Ugolin y sus hijos, las Sombras, el Pensador, entre una multitud de tallas diversas. Estas figuras y grupos que recubren la estructura arquitectónica de la puerta, las ejecutaba independientemente, las probaba sobre las hojas de la puerta, figuradas por rectángulos de madera, y luego las dejaba a un costado.

En 1884 Rodin estaba bastante seguro de su proyecto como para mandar hacer un presupuesto para la fundición. Aunque el modelo en yeso, que estuvo listo a fines de 1885 o comienzos de 1886 no le satisfizo, invitó a algunas personas a verlo: Félicien Rops, Edmond de Goncourt y sobre todo Félicien Champsaur que en Le Figaro del 16 de enero de 1886, da una descripción de la obra. Para esta fecha, las Sombras estaban colocadas y el grupo de Paolo y Francesca (que luego se llamaría "El Beso") aun estaba en el centro de la hoja izquierda de donde fue retirado poco después. Rodin se dió cuenta que el estado de felicidad que mostraban los trágicos amantes de la obra de Dante, no armonizaba con el resto de la composición. Ugolin y un nuevo grupo de Paolo y Francesca, más de acuerdo con el texto, estarán de aquí en más reemplazando a "El Beso", que se transformará en una obra autónoma, esculpida en mármol a gran tamaño, convirtiéndose en un símbolo del arte erótico, capaz todavía en 1952, de desatar un escándalo cuando fue comprada por la Tate Gallery. (En el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires puede verse un yeso patinado de la misma obra, que fuera donado por el propio Rodin.)

Panel superior central


El panel superior dominado por la figura de "El pensador" en el centro, y detrás las criaturas concebidas por Dante, debatiéndose en el horror del Infierno.

Aunque se esperaba que lo hiciera, Rodin no presentó "La Puerta del Infierno" en la gran Exposición Universal de París de 1889. Recién en 1900, en el pabellón de exposición personal que inaugura en la Place de l'Alma de París, es expuesta la Puerta al público, junto con otras obras (un total de 150 obras componen la exposición). Esta exposición tendrá un extraordinario éxito y Rodin recibe el reconocimiento internacional.

Luego de la exposición la obra es trasladada a Meudon, pues Rodin quiere tenerla cerca suyo, a pesar de lo cual jamás la terminará. «En apenas un mes hubiera podido estar todo en su lugar. Rodin no puede consagrar ese mes a su Puerta; y esta quedará muy probablemente sin terminar», escribió en 1913 uno de sus secretarios, Gustave Coquiot. Pero al desmontarla se habían tomado referencias muy precisas, las que permitieron a Léonce Bénédite, el futuro conservador del Museo Rodin reconstruir un modelo completo a comienzos de 1917, actualmente expuesto en el Musée d'Orsay. De un segundo modelo se realizaron en 1921, tres vaciados en bronce que se encuentran en Filadelfia, París y Tokio. El modelo en yeso de Meudon, el más auténtico si se quiere, dado que era el que Rodin tenía bajo su vista, fue restaurado en julio-agosto de 1917.

Marco izquierdo

La puerta

Hoja izquierda

del Infierno

Hoja derecha

Marco derecho

La Puerta del Infierno, el primer gran encargo que recibe Rodin, aun inconclusa se constituye en un compendio de toda su vida artística, pone de manifiesto sus principales centros de interés, su admiración por la arquitectura gótica y el Renacimiento italiano, por Dante y Baudelaire. Pero por sobre todo, es la mejor exponente del poder expresivo del que podía dotar al cuerpo humano. Un funcionario encargado de vigilar la evolución de los trabajos, Roger Ballu, escribió, con notable sensibilidad, en uno de sus informes: «... Cada cuerpo obedece inexorable a la pasión que lo domina, cada músculo sigue el impulso del alma. Incluso en las más extrañas contorsiones y en las formas más absurdas reina una lógica, es decir, las figuras se hallan en armonía con el destino que el artista ha impuesto a su existencia rebelde y dolorosa. Rodin, en esta atmósfera penetrada de su genio, provoca en nosotros un horror trágico»

En 1889 Rodin expuso junto con Monet en la galería Georges Petit de París. En esa muestra presentó muchos de los cientos de pequeñas figuras en yeso que había hecho para la puerta. El público quedó maravillado por el «...realismo tan moderno de sus pequeñas figuras, palpitantes, que titulaba modestamente estudios, pero que, en realidad, en sus pequeñas dimensiones, estaban en camino de revolucionar la escultura contemporánea.», según escribiera Arsene Alexandre, en "París" del 21 de junio de 1889.

Entre 1880 y 1885 se ubica el período creativo más fertil de esta obra. Es en este período que Rodin crea un repertorio de formas que luego utilizará como esculturas autónomas, pero es también el período en que descubre procedimientos que se constituyen en parte integrante de su forma de trabajar: "l'agrandissement" —ampliación— que aplica en "El Pensador", "El beso", etc.; "l'assemblage" —ensamblaje— como en "Fugit Amor" compuesta por las figuras de Paolo y Francesca que en la "Puerta del Infierno" aparecen en otra posición; y el múltiple, repetición de una figura para formar una nueva composición, tal el caso de las "Tres Sombras" o las "Tres faunas", también llamada "Las tres Gracias danzando"

Auguste Rodin
Tres faunas


Yeso

También en este aspecto, Rodin adelanta procedimientos que pasarán a integrar el repertorio de técnicas del arte moderno. Y con ellos pone en cuestión el concepto mismo de originalidad y de autenticidad de la obra de arte, que, elaborados a partir del siglo XV, serán tema de discusión teórica en el siglo XX, instaurado por los movimientos de vanguardia. Uno de los fenómenos que pone en crisis esos conceptos es la posibilidad de reproducción técnica de cualquier obra, alcanzada por las tecnologías modernas. Pero esto también está presente en Rodin; las obras de mayor aceptación (como "Fugit Amor", "Fauna de rodillas" y otras) fueron reproducidas en bronce innumerables veces, en vida del autor, a partir del yeso original. Asimismo, en su legado al Estado francés, no sólo deja las obras y yesos que aun estaban en su poder, sino también lega los derechos de fabricar bronces a partir de todos los yesos existentes. Aceptado el legado, la Cámara de Diputados francesa decidió limitar a doce el número de copias posibles de cada modelo en yeso. En cuanto a "La puerta del Infierno", los vaciados en bronce existentes fueron realizados posteriormente a la muerte del maestro, partiendo de un yeso que el propio Rodin nunca dió por acabado, lo que hizo decir a Rosalind Krauss, en "La originalidad de la vanguardia: una repetición posmoderna", que: «...todos los vaciados de La Puerta del Infierno son copias sin original



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