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Nacimiento de la Filosofía


D

icen los filósofos que la filosofía nace como producto del asombro del hombre al contemplar en su totalidad el mundo en el que vive. Tal asombro induce al ser humano a plantearse preguntas sobre los fundamentos, sentido, origen y destino de cuanto lo rodea y de sí mismo. Y este asombro filosófico parece ser que acontece por primera vez, entre los griegos, a comienzos del siglo VI a.C., cuando el hombre, solucionadas sus exigencias vitales primordiales —comida, habitación, organización social, etc.—, y libre de supersticiones que oscurecen la consideración de la realidad, se plantea estas preguntas: ¿qué es el mundo?, ¿de donde viene?, ¿cuál es su fundamento?, ¿cual es el sentido de todo esto que nos rodea? Y se las plantea, y busca responderlas, de manera conceptual, con independencia de cualquier doctrina religiosa, mítica o tradicional. Desde otro punto de vista, no conceptual, la religión intenta responder las mismas preguntas.

Tales de Mileto
Tales de Mileto

El primer filósofo quizá haya sido Tales de Mileto (h.640 a.C. - 545 a.C.) quien, alrededor de 585 a.C., preguntandose ¿qué son las cosas?, responde: "el principio o fundamento de todas las cosas es el agua". Respuesta que hoy nos puede parecer extraña o excesivamente simple, pero, como afirmaba Bertrand Russell (filósofo y matemático inglés, 1872-1970), no muy lejos de la verdad pues las teorías sobre la constitución de la materia de la física actual, plantean que el átomo más simple, y en ese sentido base de todos los demás, es el de hidrógeno (un protón y un electrón), el cual constituye las dos terceras partes del agua. Si bien este comentario de Russell ha sido muy criticado, lo importante no es lo correcta o equivocada de la afirmación de Tales, (desconociéndose, además, con que argumentos era justificada por el filósofo), sino que, aun a la luz de la ciencia actual, la tesis no tiene nada de absurda y, sobre todo, no contiene elementos míticos o fantásticos, sino que trabaja de manera pensante, exclusivamente conceptual, pues, para Tales, el agua no era una divinidad, ni algo sobrenatural.

En aquel tiempo, y durante varios siglos más, la filosofía abarcaba la totalidad del conocimiento humano; las distintas ciencias se fueron independizando de ella en la medida que se fueron incrementando los conocimientos en su campo específico. Siendo la filosofía el tronco madre del cual se fueron separando todas las ciencias particulares, tiene sin embargo, una diferencia fundamental con la ciencia. Las ciencias avanzan en forma progresiva y cada nueva etapa elimina o supera las anteriores; de ahí que, para estudiar una ciencia, nadie comenzaría por los tratados más antiguos siguiendo paso a paso la historia de sus avances y descubrimientos. Para saber matemática, por ejemplo, se recurrirá al tratado más nuevo y más completo en la materia. La filosofía, en cambio, no parece tener ese carácter progresivo; las respuestas dadas a las preguntas fundamentales son muchas, tantas como filósofos, y, en principio, ninguna parece más verdadera que las otras. En este sentido, todos los sistemas filosóficos creados por los grandes filósofos, son "actuales"; todos encierran ideas permanentemente vigentes, que son base constante de nuevas ideas y desarrollos para pensadores separados en el tiempo por veinte o más siglos. Por ello, al contrario de lo que ocurre con las ciencias, quien estudia filosofía debe comenzar por los primeros filósofos griegos y recorrer toda la historia de las ideas filosóficas hasta nuestros días.

Pero el conocimiento de las diferentes respuestas que a lo largo de la historia han dado los filósofos a las preguntas fundamentales, nos lleva al segúndo origen de la filosofía: la duda. Pues al observar la multiplicidad de sistemas filosóficos y sus diferencias y desacuerdos recíprocos y, por tanto, lo falible o provisorio de todo conocimiento, surge la "duda", la desconfianza sobre la certeza de todo conocimiento y la posibilidad misma de conocer o los límites de nuestra capacidad de conocer. Es decir, la duda lleva el objeto del pensamiento filosófico, del "mundo" al "hombre" en sí mismo.

Platón
Busto de Platón; réplica del
original de Silanión; s. IV a.C.
Museo Vaticano
Aristóteles
Busto de Aristóteles; copia romana de original
griego del s.IV a.C.
Kunsthistorisches Museum, Viena

Los dos filósofos más importantes de la antigua Grecia son Platón y Aristóteles. Y lo son por haber sido iniciadores de las dos corrientes de pensamiento fundamentales que recorren toda la filosofía occidental hasta nuestros días. Platón, nació en Atenas —algunas fuentes sitúan su nacimiento en la ciudad de Egina—, en 429 o 427 a.C. y fallecó en la misma ciudad en 348 o 347 a.C., Se dedicó en su juventud a la poesía para rapidamente orientarse hacia los estudios filosóficos. A los 20 años conoce a Sócrates quien será su maestro y determinará en forma decisiva su pensamiento. Su obra está contenida en veinticinco "Diálogos", en los que pone en boca de Sócrates la mayor parte de su doctrina; máximo homenaje del genial discípulo a su maestro. También es la principal fuente para entrever el pensamiento de Sócrates, dado que éste no dejó obra escrita.

Discípulo de Platón, Aristóteles es autor de una extensa obra que abarca todas las ramas de la filosofía y todos los sectores de la ciencia y del saber humano de su época. Su obra fue considerada durante siglos —sobretodo en la Edad Media— la obra científica por excelencia, ocupando en el terreno filosófico y científico un lugar comparable al que ocupa la Biblia en el campo religioso. Si bien el pensamiento aristotélico no es coincidente con la religión, ejerció gran influencia sobre judíos y musulmanes y fue incorporado (convenientemente adaptado), al pensamiento cristiano a través del mayor filósofo y teólogo del cristianismo, Santo Tomás de Aquino.

La importancia de Platón y Aristóteles consiste, en términos generales, en que estos pensadores dieron forma a los dos tipos clásicos de todo posible sistema filosófico; los dos modelos contrapuestos de actitudes frente a la realidad. Platón representa al idealista, al hombre que tiene su pensamiento dirigido a otro mundo, que no es el mundo que captamos con los sentidos, sino el mundo de las ideas, perfecto, eterno, absolutamente bello, sólo captable por el pensamiento y del cual, las cosas terrenales son sólo una copia. Aristóteles, en cambio, representa el "realismo", porque para él el verdadero ser se halla en este mundo concreto en que vivimos y nos movemos todos los días.

El pintor y arquitecto renacentista Rafael Sanzio, en el fresco que pintó en las Estancias Vaticanas, "La Escuela de Atenas", entre los años 1509 y 1510, realizó una perfecta síntesis plástica de esta contraposición. En el centro de la escena los filósofos cruzan su mirada mientras Platón dirige su índice hacia lo alto, apuntando al mundo de las ideas, en tanto que Aristóteles señala este mundo sensible y cotidiano que todos conocemos. Las actitudes de los dos filósofos expresan sus respectivas teorías.


Platón
Escuela de Atenas
"La Escuela de Atenas"
(Representación de todos los filósofos de la Antigua Grecia)

Rafael Sanzio, 1509 - 1510; Estancia de la Signatura, Palacio Vaticano
Aristóteles


Fuente: Adolfo P. Carpio, "Principios de Filosofía"; Cap. I, "Los problemas de la Filosofía", pág. 9 - 12; Ed. Glauco, Buenos Aires, 1998.