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Moshe Safdie, Hábitat 67, 1967, Expo Montreal, Canadá
Fotografía: Rokker CC BY-SA 3.0 (vía Wikimedia Commons)

HÁBITAT 67
Megaestructuras y Urbanismo en los '60

por Arq. Félix Rial Viggiano



L

a década de 1960, en arquitectura y urbanismo, aparece dominada, en términos de discusión teórica o académica, por la idea de las “Megaestructuras”, idea que venía desarrollándose desde comienzos de la década anterior. Por esos años ya se había puesto de manifiesto, de manera insoslayable, los pobres resultados producidos por las experiencias de diseño urbano realizadas bajo los principios urbanísticos de los CIAM[1] y la Carta de Atenas[2]. Estos conjuntos urbanos, en muchos casos creados ex novo, se revelaron inertes y muy alejados de las ilusiones que los maestros se habían hecho sobre las benéficas influencias que un hábitat con las característica allí propuestas, tendrían sobre las condiciones de vida y las relaciones comunitarias. La separación de las zonas de trabajo y vivienda que la Carta de Atenas proponía derivó en el cración de “ciudades dormitorio”, como se las llamó, que carecían de vitalidad urbana, de posibilidades de elección, de espontaneidad.

Y la palabra espontaneidad da la clave de hacia donde se desplaza la atención de los profesionales. Ya el Pop-Art había revalorizado los aportes populares a la textura visual de las ciudades, cuando, culminando una corriente de interés por las arquitecturas vernáculas, hace su aparición la exposición y el libro “Arquitectura sin arquitectos” de Bernard Rudofsky.[3]

“Pueblo italiano en la colina”, una imagen inspiradora que entusiasmó a los arquitectos en los años '60.

Teñida de cierto romanticismo nostálgico (como suele ocurrir en momentos de crisis), es llevada a primer plano la imagen del pueblo italiano en la colina, una forma de agrupamiento formada por un conglomerado de elementos constructivos muy similares entre sí. Imagen recurrente que será referencia contínua para el movimiento megaestructuralista y que aparece en la primera definición del concepto dada por Fumihiko Maki en 1964:

«...una gran estructura en la que tienen cabida todas las funciones de una ciudad o parte de ellas. La tecnología actual lo ha hecho posible. En cierto modo es un rasgo artificial del paisaje. Es como la gran colina sobre la que se construyeron las ciudades italianas.»

Acto seguido, Maki rinde tributo a Kenzo Tange, como precursor inmediato, con su propuesta de:

«...una forma a escala de la masa humana, que incluye una Mega-forma y unidades discretas, rápidamente cambiables, que encajan dentro de la estructura mayor.»


Kenzo Tenge,Proyecto para la bahía de Tokio, 1960.
Casi antes de que el movimiento megaestructural estuviera comenzando, Tange había producido una de las principales obras maestras del movimiento: una estructura urbana que prolongaba el centro de Tokio unos 18 km a través de la bahía, y ocupaba gran parte de la superficie del agua con estructuras de viviendas asociadas. Tange elevó el nivel de credibilidad exigido a los proyectos de planificación urbana, dió a las obras viales nuevos usos y formas y colocó al Japón como fuente de inspiración para los proyectistas visionarios de la década del '60.
Bahía de Tokio

Esta discriminación entre una estructura permanente, contenedora de elementos menores removibles, es el concepto fundamental en la teoría megaestructural como propuesta urbana para el futuro. Una propuesta que trata de crear nuevas respuestas a la crisis urbana; elaborada en un tiempo de euforia, de economia floreciente, de optimismo confiado en un ilimitado desarrollo económico y tecnológico, lo que daba un rótulo de credibilidad a las más desmesuradas propuestas. Optimismo que los años '70 echarán por tierra al ir cayendo la economía occidental, petroleo mediante, en una profunda crisis, que sacó a luz fallas estructurales

M. Mitchell y D. Boutwell, Propuesta de “Ciudad Global”, 1959.
Una ciudad de edificio único que atravesaba Estados Unidos de costa a costa; “...no hacemos sensacionalismo; esta ciudad es posible en la actualidad.”, afirmaban sus autores. Tampoco era la propuesta más extrema; para esa época, el austríaco Raimond Abraham ya había imaginado una estructura que cubriría todo la superficie del planeta.

Pero estas propuestas, representaban también un intento, quizás el último, por parte de la profesión arquitectónica de mantener su condición de diseñadores globales, la pretensión de proyectar la totalidad del entorno humano según lo había imaginado la Bauhaus. Pues no hay que dejar de advertir que el fracaso de los productos de esta actitud, ponía en crisis al pensamiento arquitectónico del movimiento moderno, conduciendo a un replanteo del rol del arquitecto.

Los megaestructuralistas encontraron el antecedente más general de sus propuestas, una vez más, en Le Corbusier, en su "Proyecto A" para la urbanización de Argel (1931), donde los suburbios extremos de la ciudad son conectados por una autopista a 100 metros de altura sobre el nivel del mar, cuyo espacio inferior es ocupado por viviendas a modo de gigantesca estanteria. Si bien esta idea ya aparece en las propuestas de 1929 para Rio de Janeiro y San Pablo, es en este proyeeto para Argel donde una perspectiva muestra la estructura con las viviendas y estas no responden a un diseño general, sino que parecen resueltas individualmente por los propios usuarios según sus gustos y necesidades.

Le Corbusier, Proyecto “A”, Fort L'Empereur, Argel, 1931
Reconocido como el precursor de las megaestructuras por esta extensa carretera elevada con varios pisos de viviendas debajo y el rotundo contraste entre la estructura principal y las casas individuales según gusto y necesidad de cada propietario, incluyendo la famosa “casa árabe” en el centro del dibujo.

También era inevitable que se sintieran atraídos por el Futurismo Italiano, con su acento puesto en el movimiento y, en especial, por los croquis de Sant'Elia, con sus visiones de gigantescos edificios levantados sobre importantes autopistas o líneas ferroviarias, como en su propuesta para la Estación Central de Milán. Además de ser el virtual inventor del perfil escalonado con estructuras en A.

En su corta vida, la idea básica fue englobando a casi todos los conceptos ya presentes en el pensamiento arquitectónico: el perfil escalonado; las urbanizaciones lineales; la prefabricación; la diferenciación y jerarquización de circulaciones; la noción de intercambio entre distintos tipos de circulaciones; la de crecimiento y algunas más fueron redondeando el concepto. Ya en 1968 Ralph Wilconson la define como:

«...no solo una estructura de gran tamaño, sino también una esctructura que frecuentemente:»

  • «1. Está construida con unidedes modulares.»
  • «2. Es capaz de una ampliación grande y aun “ilimitada”.»
  • «3. Es un armazón estructural en el que se pueden construir —o aún “enchufar” o “sujetar”, tras haber sido prefabricadas en otro lugar— unidades estructurales menores (por ejemplo, habitaciones, casas o pequeñas edificaciones de otros tipos).»
  • «4. Es un armazón estructural al que se supone una vida útil mucho más larga que la de las unidades que podría soportar.»
  • Es en este contexto que aparece el arquitecto Moshe Safdie y su proyecto para la “Expo Montreal 67”.



    Antonio Sant'Elia, Città Nuova, 1914
    Creador del perfil escalonado con estructura en A, tuvo gran influencia sobre los megaestructuralistas, especialmente con sus imágenes de gigantescos edificios levantados sobre arterias de circulación vial.

    Moshe Safdie y el proyecto “Habitat 67”


    Moshe Safdie nació en Haifa, Israel, en 1938. Un villorrio árabe de edificación cúbica, con la privacidad como característica morfológica dominante, propia de la ciudad islámica, contrastando con el fuerte sentido gregario de la comunidad judía en la que se educa. Esta dualidad se pondrá de manifiesto en su pensamiento arquitectónico.

    Llega a Canadá en 1954 y estudia arquitectura en la Universidad McGill, de donde egresa en 1961. Por lo tanto, ha cursado sus estudios en el momento en que el tema megaestructural repercutía intensamente en todas las escuelas de Arquitectura del mundo. Trabaja con Louis Kahn en Filadelfia y en 1963 es llamado por la Canadian Corporation para la Expo 67 de Montreal, cuyo plan regulador dirige. Y es aquí cuando, tras una intensa batalla con las estructuras burocráticas y financieras, logra realizar “Hábitat Montreal 67”, poniendo en él sus presupuestos teóricos, que se pueden resumir en los siguientes puntos:

    * La ciudad debe proveer simultaneamente, las comodidades de las grandes densidades y la calidad de vida de los conjuntos de baja densidad: privacidad, jardín, luz natural y, fundamentalmente, el sentido de identidad personal y comunitario.
    «Deseamos dos extremos. Queremos el lugar de encuentro intensivo, el ambiente urbano, el lugar donde todo el mundo esté junto y queremos el espacio abierto y retirado donde estemos solos con la naturaleza. Necesitamos y deseamos ambas cosas. Queremos vivir en una pequeña comunidad con la que podamos identificarnos y, al mismo tiempo, queremos todas las condiciones de una ciudad de millones de personas.»

    De este modo las preexistencias de su niñez en Haifa encajan y completan las busquedad de vitalidad y espontaneidad urbanas centradas sobre el hábitat vernáculo.
    «Poseemos, en evolución de siglos, una tradición de arquitectura vernácula no artística, que luego desaparece en un punto de la vida contemporánea. Lo que hoy falta es lo vernáculo, nuestro propio idioma vernáculo. Necesitamos crear alguno que sea la expresión de nuestra vida y de nuestras tecnologías.»

    Haifa
    El barrio árabe de Haifa, Israel
    Persistencia de la memoria: el barrio donde se crió Moshe Safdie.

    * Su preocupación por lo que él llama “la crisis estadística”. La duplicación de la población mundial entre 1970 y 2000; la necesidad de construir el equivalente a todo lo existente en igual plazo, más todo lo que quede obsoleto («...satisfacer el crecimiento y los requerimientos de la migración e industrialización en la India, requeriría hacer 1 casa por segundo durante 35 años.»); le lleva a plantear la total industrialización de la construcción como única vía de solución:

    «Es un axioma que el trabajo en fábrica es más eficiente que ‘in situ’; que la manufactura desmembrada en pasos simples y repetitivos es más eficiente. Un sistema constructivo con el 95% del trabajo en fábrica es potencialmente más económico. La industria de la construcción no es diferente. Lo que vale para artefactos, autos o aviones, es también válido para casas, hospitales, escuelas.»


    Prefabricación
    Línea de montaje. El pensamiento mecanicista del Movimiento Moderno: la casa equiparada a un auto o una licuadora. Croquis de la fabricación de unidades de Hábitat Puerto Rico.

    * La integración de los 2 puntos anteriores la busca a través de un proceso de diseño morlológico.

    «Fue a través de D'Arey Thompson que empecé a entender la naturaleza de la forma. D'Arey Thompson habla de obtener una variedad infinita dentro de ‹sistemas repetitivos’. Esto toca el nucleo de lo que para mí es fundamental en la arquitectura del presente: ser capaz de crear variación y permutaciones de objetos disímiles dentro de sistemas repetitivos.»

    «En ‹Hábitat› mi intención fue organizar el edificio en componentes pequeños y repetitivos que se orientsen hacia la industrialización, y luego unirlos por medio de un lenguaje formal de permutaciones y combinaciones, ritmos y variaciones, que proveyera a la gente del sentido del lugar que le es necesario, y le permitiera retener y desarrollar su sentido de la identidad.»

    * La concepción megaestructuralista se hace patente al decir:

    «La necesidad de desarrollos urbanos de mayor densidad torna obsoleto el concepto de ciudad bidimensional. Debe reemplazarse por el concepto de ciudad tridimensional; subdivisión del espacio y reacondicionamiento de las funciones urbanas en un sistema tridimensional flexible. Los edificios individuales son reemplazados por sistemas de edificios. Esto tiene implicancias sobre el proceso de diseño y el de construcción.»

    La exacerbación y sofisticación de los sistemas de circulación y transporte de las propuestas megaestructurales tampoco le es ajena cuando plantea:

    «...una jerarquización completa de sistemas, la velocidad de un ascensor, la de un peatón, la de un automovil, hasta llegar a los 800 Km/hora, todos sincronizados para intercambiar pasajeros en movimiento.»

    Morfología
    Diseño morfológico; diversidad dentro de sistemas repetitivos.

    * La crisis del pensamiento arquitectónico moderno, someramente expuesta al comienzo de este artículo, y la ambivalente situación en que se colocan los profesionales de esta década, es concretamente explicitada por MS:

    «La gente que construía sus villorrios, el hombre que diseñaba su propia casa y la construía, trabajaban en una situación simple. Hoy tenemos grandes fábricas e industrias y organizaciones que producen el entorno, ¿podemos recrear la situación en que el hombre que vive en una casa es parte del proceso de diseño; que de alguna manera afecta el producto final? Eso cambiaría totalmente el rol del diseñador. No sería un artista con licencia para expresarse, sería un instrumento de expresión (aunque, por supuesto, también estaría expresándose a sí mismo).»

    «El aislamiento del arquitecto o ingeniero con respecto a la industria debe cambiar. La nueva estructura integrada planteará sus propios problemas: ¿los diseñadores a quienes concierne la totalidad del ambiente como un producto final, serán capaces de hacer valer sus derechos en el complejo procedimiento de tomar decisiones en una organización mayor; de preservar los valores que ellos consideran mínimos?»


    Ejemplo de diseño según el modelo “anaquel para botellas” de Le Corbusier. Una estructura marco cuyos huecos se rellenan con unidades prefabricadas o se reemplaza la unidad, tal como botellas en una bodega.
    Anaquel

    El proyecto Hábitat continúa la línea comenzada por M. Safdie en su trabajo de tesis en la Universidad McGill, que tituló: “Sistema modular tridimensional para vivienda”, que recuerda el “anaquel para botellas” de Le Corbusier (modelo que indudablemente, está presente en el concepto básico de la megaestructura).

    La Expo 67, por entenderlo un problema prioritario de su tiempo, decide que su símbolo y verdadera puerta de entrada a la exposición, esté constituido por un elemento que constituya un aporte a la resolución de la problemática habitacional, de donde resulta que el proyecto que se elija tendrá financiación estatal. En su primera versión, el proyecto de Safdie era una megaestructura que cumplía casi al pie de la letra la tetralogía de Wilcoxon. Poseía una sucesión de elementos inclinados unidos por riostras horizontales de las cuales se suspenden las viviendas prefabricadas dispuestas escalonadamente. El conjunto tiene una sección en A con un desarrollo longitudinal quebrado formando “diente de sierra” y cuyos lados son ocupados en forma alternada. Este quiebre longitudinal permite mejorar el asoleamiento y equilibrarlo para todo el conjunto orientando todas las viviendas al SE y SO. Las riostras horizontales constituían calles a diferentes niveles por las que se accedía a las viviendas. Estas calles conectaban con la circulación vertical alojada en los parantes inclinados.

    Elevación
    La estructura en A: arr.: Hábitat 67, primer proyecto, elevación de un sector.
    abajo: Kenzo Tange, Proyecto de urbanización del puerto de Boston, corte transversal.
    A
    Maqueta

    <-- Hábitat 67, maqueta del primer proyecto (1963/64). 1000 viviendas en dos grupos de 24 y 15 niveles, sobre una lengua de tierra, en parte artificial, que penetra en el río San Lorenzo, frente al puerto de Montreal.

    Entre las muchas dificultades que el proyecto debió vencer hasta su realización, una de ellas obligó a una substancial modificación: el Código de Edificación de Montreal exige 15 cm de espesor en los muros exteriores, aún cuando sean de simple cerramiento. Esto prácticamente obligó a transformar el módulo tridimensional en portante. Si bien subsistieron las calles y los núcleos verticales como estructurales, el conjunto pasó a ser una estructura espacial tridimensional en el que todas sus partes son portantes. Lo que, a su vez, trajo aparejado otras modificaciones. (Resulta irónico advertir como una simple restricción legal —pensada para otro contexto constructivo— tiró abajo de un plumazo buena parte del sustento teórico de la propuesta.)

    Plug-in City
    Peter Cook, Archigram, “Plug-in City”, 1963 - 1964, La propuesta del grupo Archigram, liderado por el Arq. Peter Cook, muestra varios puntos de contacto con el primer proyecto Hábitat: los tubos inclinados de servicios y circulación (realizados por primera vez en el siglo XX en el Atomium de la Expo Bruselas de 1968); la estructura en A con los espacios comunales en el medio. Aunque la Plug-in City tenga estructura reticulada, la disposición de las cápsulas vuelve al mismo concepto: «...la deliberada variedad del afloramiento de cada edificio.» en palabras de P. Cook. Lo que denota cómo estos conceptos estaban en el ambiente arquitectónico y urbanístico de los '60.
    Peter Cook, Archigram, Plug-in City, 1963 - 1964, corte
    Corte

    Por otro lado de las 1000 viviendas previstas en el proyecto, cuando se comenzó a tener una idea de los costos, sólo se aprobó la realización de 158 y los 24 niveles primitivos quedaron reducidos a 11. La realización de Hábitat 67 fue saludada por la prensa, tanto especializada como no especializada, con una lluvia de elogios, dando a la obra y a su creador una gran popularidad. Para Architectural Forum era «una idea cuyo momento ha llegado»; en tanto que L'Architecture d'Aujourdui decía:

    «Hábitat 67 es la demostración magistral de las posibilidades de diversificación en volumen y función de un sistema de elementos perfectamente repetitivos, por consiguiente, económicos. Es el primer paso hacia 'la apropiación individual' del espacio»

    Tan encendidas loas exponen con claridad el tipo de ideas reinante en la profesión y en la crítica, el amplio concenso que las megaestructuras habían logrado, la imposibilidad en esos años de un análisis ponderado que permitiera establecer si realmente había llegado el momento.

    Grua
    Plug-in-City Grua
    La fantasia de Archigram en Plug-in-City y la realidad de Hábitat. Sólo faltó que las gruas quedaran incorporadas al edificio. Lo que, obviamente, no fue necesario pues en el camino a la realización se han perdido la flexibilidad y la cambiabilidad, al tornarse imposibles.

    La unidad del sistema


    El módulo del sistima Hábitat 67 es un paralelepípedo de Hº Aº postensado cuyos lados son de 11.55 m x 5.25 m x 3.35 m de altura, con una superficie interior de 56 m2. Este módulo constituye 1/3, 1/2 o una unidad de las distintas viviendas. Su carácter portante tornó ardua la resolución tecnológica, realizada por un ingeniero, al igual que los complicados sistemas de instalaciones. La condición estructural del módulo introdujo la primera contradicción en el sistema. La pretensión de una igualdad de todas las unidades (o una limitada variedad de tipos), fundamental para una producción en serie, se volvió imposible pues según sea la posición de cada una, la altura a que esté ubicada, cómo apoya, cuánto vuela, etc., varían las solicitaciones a que esté sometida y por tanto también varía la armadura, tal como efectivamente sucedió. En la práctica, lo único realmente invariable fueron las dimensiones y el material utilizado

    La variación del módulo fue grande. Cada unidad pesaba entre 70 y 90 Tn. Los tabiques interiores, los contrapisos y las terminaciones interiores y exteriores se realizaban “in situ”, una vez colocado el módulo en su lugar. Del 90/95% planteado como objetivo, la prefabricación no alcanzó al 50%.

    Módulo
    El módulo básico, aunque los aventanamientos, armadura y anclajes variaban excesivamente.

    Las leyes de combinación


    Un módulo constituye la vivienda más pequeña de un dormitorio. Las distintas posibilidades de acople entre 2 o 3 módulos, dan viviendas no sólo de diferentes dimensiones sino también variantes de distribución para viviendas de igual dimensión. De los 22 prototipos estudiados, en Hábitat se utilizaros 18.

    Este aspecto, esencial para la teoría de Safdie, introduce la segunda contradicción tecnológica, pues produce diferentes aventanamientos en cada módulo, lo que a su vez, hace variar la distribución de la armadura. En definitiva, de los 354 módulos que componen el agrupamiento, hubo una variación aproximada del 50%, es decir que, en promedio, ¡de cada módulo diferente se realizaron 2 unidades!

    Combinaciones
    Arriba: Estudio de variantes de acople de módulos.

    Izq.: Plantas de viviendas de 2 y 3 dormitorios en 1 y 2 niveles.

    Abajo: Estudio de circulaciones en distintas variantes de distribución.
    Plantas 1
    Plantas 2
    Plantas 3

    Hábitat presenta un gran despliegue tecnológico en instalaciones: riego automático y fertilizado central para las terrazas; aire acondicionado frío-calor central, cuyas torres de enfriamiento son las fuentes de la plaza comunal y los baños resueltos en un unico módulo de PRFV (Plástico reforzado con fibra de vidrio), —la única parte del sistema que cumplió con la premisa básica de la prefabricación en serie—.


    El agrupamiento


    Vista
    La imagen que popularizó a Hábitat. Un conjunto cuya realización fue posible por una particular conjunción de circunstancias y la obstinada voluntad de su creador. Pero también, basta examinarla con detenimiento para advertir como la búsqueda de variedad destruyó la estandarización requerida por un proceso de prefabricación, una de las premisas básicas de la propuesta.

    Vista terrazas
    Las terrazas ajardinadas. Llevar la naturaleza a cada vivienda, en modesta medida y sacrificando la privacidad, pues casi siempre hay visuales desde las terrazas y/o ventanas de viviendas superiores.

    El conjunto de cajas de hormigón con sus terrazas ajardinadas (uno de los 5 puntos de Le Corbusier[4]) presenta un aspecto de amontonamiento desordenado, “espontáneo”, remitiendo en forma directa a la imagen del pueblo mediterraneo. Debiéramos preguntarnos: ¿Por qué el “pueblo mediterraneo en la colina”?, si todos los pueblos edificados en colinas o en llanos, de trazados irregulares (espontáneos) o regulares, mediterráneos o de otras latitudes, poseen valores similares de vitalidad, de identificación individual y comunitaria. ¿O se trata de una imagen adoptada por su pintoresquismo, por sus cualidades formales, a la que, luego, se le asocian valores y significados que no le son intrínsecos o, al menos, exclusivos, para justificar racionalmente su adopción?

    Vista Habitat
    Nördlingen
    El aparente desorden espontáneo de Habitat y el real de tantos pueblos europeos. Porque estos valores no son privativos de los pueblos del Mediterraneo. La vista de Nördlingen, en la Baviera alemana lo demuestra.

    Volviendo a Hábitat, el aparente desorden no es tal; el conjunto se arma por grupos simétricos equilibrados en torno a los tres mucleos de ascensores, como puede descubrirse en la planta o en una vista aerea. Dos calles abiertas, en los niveles 5º y 9º, conectan estos núcleos de circulación vertical con las viviendas cuyos accesos dan directamente a ellas, pudiendo estar un nivel por encima o por debajo. Estas calles se abren en algunos trechos formando piazzettas para juegos infantiles, reunión en pequeña escala, descanso, etc. lo que podría considerarse otra referencia al encanto de los recorridos peatonales en los pequeños pueblos, sean italianos o de otras latitudes.


    Planta
    La simetría oculta de Hábitat
    Vista Posterior
    La fachada posterior del conjunto; bastante menos atractiva que la icónica y conocida fachada frontal.
    Vista 9
    Vista 10

    Bajo las calles de circulación se generan espacios poco atractivos con el agregado que algunas habitaciones que dan a ellos no recibirían buena iluminación diurna ni tendrían las mejores vistas.
    La cubierta plástica de las calles elevadas fue diseñada a partir de ensayos aerodinámicos, a fin de regular la velocidad del viento de modo que no sobrepasara más de un 20% la del nivel ±0.00. Safdie no pudo desarrollar a tiempo, las soluciones tecnológicas para una membrana transparente y corrediza que cerrara por completo las calles en invierno y las descubriera en verano. También deseaba una solución similar que transformara las terrazas-jardín en jardines de invierno. Tal como están en el duro clima de Montreal, son utilizables no más de 3 meses por año.
    Pasarelas
    Calles
    Plazitas
    Piazzetta

    Las “piazzettas”, ensanches en las circulaciones a modo de plazoletas, tampoco resultaron espacios acogedores que inviten a la reunión espontánea o el juego de los niños.

    Ponderación y Balance


    Hábitat, por todo lo dicho hasta aquí, puede ser evaluado en dos niveles: como edificio y, en un marco más general, dentro del contexto teórico que atravesaba la arquitectura en la década del '60.

    Como edificio, y en función de los objetivos teóricos propuestos por Safdie, puede hablarse de un logro en lo atinente a densidad y condiciones de vida; dejando de lado los problemas de la privacidad de las terrazas y otros deficits de diseño señalados. Los habitantes manifiestan haber reencontrado el sentido de identidad comunitaria en el que MS tanto insistía. Pero esto podría no ser mérito exclusivo del edificio, pues seguramente contribuye también el hecho de que Habitat devino en un conjunto de clase media acomodada (por el alto precio que alcanzaron las unidades cuando fueron privatizadas por el gobierno)[5] y por la situación de aislamiento geográfico en que se halla.

    Burano
    Burano, Venecia, Italia. Medios simples para obtener la “identidad” individual en un conjunto homogeneo.

    Sin embargo, no parece tan lograda la diferenciación a nivel individual. Están ausentes del diseño esos matices o pequeños detalles que hacen que cada casa, cada calle, cada piazza de un pueblo mediterraneo, tengan su propia “identidad” dentro de la homogeneidad del conjunto (a veces lograda simplemente con variaciones de color). No bastan para ello, los diferentes tipos de viviendas ni la variedad volumétrica. Las características espaciales y formales del sistema son tan fuertes que se imponen al conjunto y no dejan margen para la individualidad de las partes. En sistemas de este tipo, variedad no implica diferenciación en el sentido de identidad personal.

    El “caso Hábitat 67” admite una comparación, salvando las distancias, con las Unidades de Habitación de Le Corbusier en el sentido de que ambas persiguen un proceso de pensamiento y lo materializan en una obra que resulta con manifiestas debilidades en aspectos elementales. Con la diferencia que marca el hecho de que L'Unité no contradice los postulados teóricos de partida, como si ocurre con Hábitat que hecha por tierra los principios tecnológicos que su autor planteaba. Principios de vital importancia en su teoría, pues sobre ellos Safdie asienta la viabilidad práctica de su propuesta global.

    Hábitat Israel
    Proyecto "Hábitat Israel" para la ciudad de Jerusalem.

    Experimentos como el de Hábitat presentan su mayor costo en el hecho que, proponiéndose abrir caminos, en realidad los cierran. No puede esperarse que lo mostrado por Hábitat, en sus aspectos de factibilidad política y financiera, atraiga a la gran industria y a los organismos oficiales para proseguir la experiencia y perfeccionar la propuesta, tal como Safdie esperaba. Ante este panorama no puede causar extrañeza que hayan naufragado en los despachos burocráticos “Hábitat Nueva York”, “Hábitat Washington”, “Hábitat Israel” y, prácticamente, “Hábitat Puerto Rico”, del que sólo se llegó a realizar menos del 4% de las 800 viviendas previstas. Más allá de que los dos últimos mencionados ya no podrían inscribirse dentro de las tendencias megaestructurales de los '60.

    Hábitat Puerto Rico
    "Hábitat Puerto Rico". Un proyecto de 800 viviendas compuestas por entre 1 y 4 módulos de 40 m2 que resolvía muchas de las críticas y fallas de Hábitat 67. El retiro de fondos por parte del Gobierno, acabó con él cuando sólo se habían construido y habilitado 30 módulos.

    La experiencia fue capitalizada por Moshe Safdie como diseñador; Hábitat Israel y Hábitat Puerto Rico muestran adelantos notables en lo que atañe a la economía, la flexibilidad y la adecuación al clima; sin embargo no ha sido suficiente para borrar el recuerdo de Hábitat Montreal e impulsar una nueva experiencia.

    Queda sin explicación hasta ahora, el extraño hecho de no haberse aprovechado la experiencia que en ese momento ya poseían rusos y franceses en el campo de la prefabricación con hormigones livianos, con sustanciales economías de peso y costo.

    Hábitat 67 queda, finalmente, como una experiencia trunca; como viviendas con “status” dentro del contexto social montrealense (lo que también comporta una contradicción teórica con el pensamiento de Safdie, si bien esto no se le puede imputar a él) y como precursora de la aplicación de los procesos de diseño morfológico en la búsqueda de una imagen menos monótona y convencional. Mucho menos de lo que su creador pretendía y de lo que su costo (U$S 900/m2) puede justificar.

    El socorrido argumento de que su mayor valor reside en haberse realizado, es válido, no tanto en su ponderación como edificio, donde generalmente se lo aplica, sino más bien en función de las tendencias megaestructuralistas a las que la obra responde. Pues su realización, junto a la de otras megaestructuras que la siguieron, puso en evidencia que tratando de ser una alternativa frente al saber urbanístico ortodoxo, en realidad las megaestructuras permanecen ancladas a la misma ortodoxia, sin lograr resolver el problema de fondo.

    Hábitat y sus congéneres realizados (Cumbernauld Town Center, Searborough College, Yamanishi Center, etc.), también las muchísimas proyectadas, demuestran que en su afan de diseñarlo todo, los proyectistas han hecho desaparecer la libertad y flexibilidad que prometía el concepto original de la teoría megaestructural y la participación del usuario, tal como estaban sugeridas en la perspectiva de Le Corbusier o en la propuesta de Tange. En las obras mencionadas todo está completamente determinado, todo tiene su lugar, como en las propuestas lecorbusianas de los años '20.

    El propio Safdie ha reconocido, (aunque no lo dice habitualmente), que si el proyecto hubiera tenido su escala original, 1000 unidades de viviendas, habría resultado intolerable, oprimente, imposible de manejar. No es lo único que se salvó gracias a la drástica reducción impuesta por las finanzas. En el intento de imponer un orden arquitectónico al caos ciudadano, la megaestructura constituye un orden que puede escapar al control del diseñador. A su vez, esta voluntad de orden está presente en la eliminación de la intervención del usuario, señalada en el parrafo anterior, pues el desorden que podría resultar es temido por el artista-arquitecto, aun cuando no esté dispuesto a reconocerlo.

    L. Hugh Wilson, planificador y G. Copcutt, proyectista, Cumbernauld Town Centre, 1960. La más completa de las megaestructuras construidas por la multiplicidad de funciones que alberga. Concebida en función del peatón, brinda efectiva protección contra el duro clima de Escocia.
    Cumbernauld

    Las diversas dificultades de todo tipo que debieron afrontarse en la realización de Hábitat, denominador común de las megaestructuras realizadas, demuestra la repetición de un error muchas veces cometido por el Movimiento Moderno: confundir la factibilidad tecnológica con la posibilidad político-fiscal. Ya Le Corbusier en 1922, afirmaba la factibilidad de la “Ville Contemporaine” simplemente porque era técnicamente posible.

    En último análisis, las megaestructuras caen en el mismo error que trataban de resolver: la pobreza vital de los ámbitos urbanos salidos de un tablero de dibujo; lo que pone de manifiesto que el problema es insoluble en el marco del pensamiento ortodoxo del Movimiento Moderno. Que la “arquitectura total” de W. Gropius no contemplaba las necesidades vitales del Hombre. Que las megaestructuras, siguiendo a R. Banham, fueron la última esperanza de los arquitectos por mantener el control en el diseño y la urbanización de las ciudades.


    Yamanishi Center
    Kenzo Tange, Centro de Comunicaciones Yamanishi, Kofu, Japón, 1967. Monolítico como "Hábitat 67", es sólo un simulacro del imposible ideal metabolista del arbol permanente y las hojas transitorias.

    Notas


    [1] El Congrès Internationaux d'Architecture Moderne (CIAM) fue una organización fundada en 1928 y disuelta en 1959, con el objeto de organizar una serie de eventos y congresos en toda Europa con los más destacados arquitectos de la época, para difundir los principios del movimiento moderno en el campo de la arquitectura, el urbanismo, el paisajismo y el diseño industrial. Fueron impulsados por Charles-Edouard Jeanneret, más conocido como “Le Corbusier” y Hélène de Mandrot, y en ellos participaron, entre otros, Siegfred Giedion, su primer Secretario General, Hendrik Berlage, Hannes Meyer, Gerrit Rietveld, Alvar Aalto y Walter Gropius. La organización tuvo una gran influencia durante sus años de vida, siendo su mayor aporte el pensar la arquitectura y el diseño urbano como una herramienta económica y política para mejorar la vida de las personas y hecer un mundo mejor.

    [2] La Carta de Atenas fue un manifiesto urbanístico redactado durante el IV CIAM en 1933. Allí se proponía una estricta zonificación de la ciudad separando las funciones de trabajo, ocio y residencial, criticando la densidad de las ciudades tradicionales. La vivienda debía concentrarse en edificios altos, separados entre sí para dejar amplias zonas verdes, con la mejor orientación para aprovechas ampliamente la luz solar y las características climáticas del lugar. Se rechazaba su alineación a lo largo de las vías de comunicación.

    [3] La exposición Arquitectura sin Arquitectos tuvo lugar en el Museum of Modern Art (MOMA) de Nueva York entre el 9 de noviembre de 1964 y el 7 de febrero de 1965. Fue dirigida por el Arquitecto, Ingeniero y crítico Dr. Bernard Rudofsky que se desempeñaba como Consultor del Departamente de Arquitectura y Diseño de dicho museo. Fue el resultado de una investigación del Dr. Rudofsky que se publicó en un libro que ofició de catálogo de la exposición, del que hay edición en español de la Editorial Universitaria de Buenos Aires publicada en 1973.

    [4] Le Corbusier, en 1926/27, sistematizó sus ideas sobre la nueva arquitectura moderna, condensandolas en 5 puntos que llamó Les Cinq Points d'une Architecture Nouvelle. Estos eran: 1) Construcción sobre pilotes, dejando el suelo libre; 2) la planta libre, no condicionada por la estructura al estar ésta en el perímetro con el sistema de pilotes; 3) la fachada libre, ubicada por fuera de los pilotes; 4) la ventana horizontal ocupando el ancho total de los muros exteriores para una iluminación pareja de los ambientes; 5) las terrazas jardín, devolviendo a la naturaleza el espacio ocupado por el edificio.

    [5] Un ejemplo puede verse en la página Tower Trip donde se ofrece una unidad de Hábitat 67, totalmente remodelada, en 1,3 millones de dólares.