El Paisaje



Francesco Guardi
Vista del Gran Canal hacia el Rialto

1785
Óleo sobre tela; 60.3 x 91.8 cm

A lo largo de la historia, hay ciertos temas que han sido abordados una y otra vez por los pintores en casi todas las épocas y constituyen lo que se ha dado en denominar "géneros pictóricos". Así, el desnudo, la pintura histórica, la pintura religiosa, la naturaleza muerta (o bodegón), el retrato, la pintura de costumbres burguesas o de la vida de los campesinos y el paisaje, son géneros pictóricos que han ido surgiendo con el correr de los siglos.

Francesco Guardi
Puente de tres arcos en el Cannaregio

1765 - 1770
Óleo sobre tela

El paisaje ya era una temática utilizada en los frescos que decoraban viviendas y palacios helenísticos y romanos desde los últimos siglos previos a la era cristiana y continuará siendo utilizado de ese modo durante los primeros siglos de nuestra era, para prácticamente desaparecer durante la Edad Media. Con el renacer de la pintura a fines del medioevo, comienza a emplearse, en algunas obras, como fondo para ambientar escenas religiosas —en ciertos frescos de Giotto, p. ej— o en las ilustraciones de los "Libros de Horas" y otros manuscritos miniados.

Giotto di Bondone
Huida a Egipto
Serie La Vida de Cristo

1304 - 1306
Capilla Scrovegni, Padua; Fresco; 200 x 185 cm

Paul y Jean de Limburgo
Diciembre

ca. 1410
Página de Las muy ricas horas del duque de Berry

Entrado ya el siglo XV, el paisaje se hace imprescindible, pero siempre subordinado al motivo principal, sea una escena bíblica, un retrato u otro motivo, como fondo y ambientación para el tema del cuadro, marcando así el interés por la naturaleza que, surgido lentamente desde el s.XIII, se intensifica en esta época.

Paolo Uccelo
Cacería en el bosque

1460

Habrá que esperar hasta bien entrado el siglo XVI y comienzos del XVII para que el paisaje se independice instaurándose como motivo principal de una obra pictórica. Impulsan esta independencia el resurgimiento del coleccionismo de arte que creará una demanda de motivos paisajísticos decorativos, tuvieran o no un contenido narrativo. Serán, principalmente aunque no los únicos, los pintores del norte de Europa, empujados hacia el mercado de los coleccionistas privados por la ausencia de encargos oficiales, laicos o religiosos, originada en la austeridad e iconoclasia protestante, quienes adquieren rápidamente fama de especialistas en esta temática, por su capacidad de descripción detallada y su dominio de la luz. El paisaje holandés se caracteriza por el horizonte bajo y su poder expresivo se fundamenta en los cielos cargados de nubes

Salomon van Ruysdael
El cruce de Nimwegen

1647
Óleo sobre tela; 70 x 89 cm

El arte holandés aprendió a reproducir la naturaleza tan fielmente como un espejo. Pero fue esta habilidad, justamente, la que puso en evidencia que la naturaleza reflejada por el arte siempre transmite el espíritu propio del artista, sus predilecciones, sus gustos y sus emociones. Los que, a su vez, no pueden evadir la influencia de las modas, el pensamiento y la cultura de su época y su sociedad. Los paisajistas holandeses constituyeron una de las fuentes de inspiración para los pintores de los siglos XVIII y XIX, entre ellos los famosos paisajistas ingleses Gainsborough, Constable y Turner.

Thomas Gainsborough
Paisaje en Suffolk

1750
Óleo sobre tela; 65 x 95 cm

John Constable
Valle Stour y la Iglesia de Dedham

1814
Óleo sobre tela; 55.6 x 77.8 cm

Joseph M. William Turner
El Gran Canal, Venecia

1835
Óleo sobre tela; 91.4 x 122.2 cm

La otra fuente de inspiración de los paisajistas de los siglos XVIII y XIX fue Italia. Allí, la pintura de paisajes estuvo desde sus comienzos relacionada con la poesía y la música, produciendo imágenes de hondo lirismo e ilustrando temas de poetas bucólicos antiguos, como Virgilio, o contemporáneos como Sannazzaro. La ciudad de Venecia, cuna desde el siglo XV, de una escuela pictórica caracterizada por un vibrante colorido, dará al género destacados autores como Giorgione en el s.XVI o Francesco Guardi en el XVIII y, por otro lado, su inigualable entorno urbano será constante motivo para los pinceles de los pintores, ya fueran italianos o extranjeros que, en viaje de estudios por Italia, no podían dejar de pasar por la ciudad de los canales.

Francesco Guardi
Vista de la Piazzetta San Marcos hacia San Giorgio Maggiore

1770
Óleo sobre tela

Si Gainsborough y Turner son pintores que aun participan de la escuela pictórica que privilegia la belleza, "componiendo" sus paisajes para lograr un efecto pintoresco y sugerir un estado de ánimo, sin preocuparse por reflejar lo que veían, por el contrario, Constable es de los que buscan la "verdad" pintando lo que ven sus ojos y eligiendo paisajes cotidianos. Ya en el siglo XIX, estos pintores hicieron sentir su influencia en Francia, donde la llamada "escuela de Barbizon", compuesta por un grupo de artistas, (opacado su recuerdo por la fama que adquirieron posteriormente los impresionistas), que en la década de 1840, se vuelcan a la naturaleza, reflejándola en sus cuadros con total fidelidad. Aunque esta actitud encerraba una huida romántica ante el avance de una sociedad industrial y urbana de la que se sentían muy distantes, sus obras preparan de algún modo, la llegada de las tendencias de ruptura con la tradición clásica: el Realismo y el Impresionismo. Sin olvidar a Corot, el mayor paisajista francés del siglo XIX, en cuyas obras la luz y la claridad, que luego serán una característica fundamental del impresionismo, son las protagonistas del paisaje.

Jean-Baptiste-Camille Corot
Vista desde el Jardín Farnese, Roma

1826
Óleo sobre tela; 25.1 x 40.6 cm



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