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La Tumba de Sennedjem


Tumba de Sennedjem
Tumba de Sennedjem, Deir el-Medina, ca. 1300 a.C., Interior de la Capilla Funeraria
Fotografía: Internet
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unto al Valle de las Reinas y cercano al Valle de los Reyes, se levantó un poblado que se llamó Set Maat, (en arabe: Deir el-Medina), para confinar en él a todos los artesanos y obreros que trabajaban en las tumbas de ambos Valles como precaución para que no revelaran la ubicación de las tumbas reales. Y junto a este poblado se hallaba el lugar de enterramiento de estos obreros. Estas precauciones se tomaban porque en las tumbas, junto al sarcófago se colocaban los objetos que le pertenecieron al difunto, y cuanto más alta fuera la alcurnia del mismo, mayor era la riqueza y valor de los objetos que lo acompañaban a la otra vida. Esto ocasionó que ya desde el Imperio Antiguo, el robo de las tumbas era una tentación que muchos delincuentes no podían resistir y se las ingeniaban para hallar las cámaras funerarias, por más ocultas que los arquitectos las ubicaran.

Deir el-Medina
Restos arqueológicos de Deir el-Medina
En primer plano la necrópolis del poblado

Foto: Internet

Por esta razón, a comienzos del Imperio Nuevo, Tutmosis I decidió abandonar la construcción de para pasar a la construcción de tumbas excavadas en la roca y con sus entradas ocultas. De todos modos, en muchos casos estas precauciones no fueron suficientes para evitar el saqueo. Tampoco la Necrópolis en que se enterraban a los obreros y artesanos se salvó del saqueo, a pesar de lo modestas que eran sus tumbas, pues a partir del siglo XVIII, o aun antes, la afición de occidente por las antiguedades hizo que el saqueo de tumbas volviera a ser un buen negocio. Sin embargo las pinturas que decoran los muros de estas tumbas no eran ni tan fáciles de llevar ni de tanto interés para los saqueadores. Así varias tumbas se han conservado en muy buen estado y hoy son una atracción turística más, como la de Sennedjem o Sennedyem.

Sennedjem fue un artesano que supervisó el trabajo en el Valle de los Reyes, la necrópolis de la nobleza tebana. Estuvo al servicio de los faraones Seti I y su sucesor e hijo, Ramsés II. Vivía con su familia en Deir el-Medina y su cargo de Servidor en el Lugar de la Verdad con la función de controlar los trabajos realizados en las tumbas, le daba un status de alto funcionario. Los residentes de Deir el-Medina tenían un día de descanso por cada diez días trabajados, y solían emplearlo, entre otras tareas, para construir su propia tumba y se cree que se ayudaban unos a otros en ese cometido. Las tumbas son de pequeñas dimensiones, un corredor que daba acceso a una capilla decorada y bajo ella y sin acceso visible, la cámara funeraria con el o los sarcófagos del personaje y su familia junto con el ajuar funerario.

Agricultor
Agricultor y su esposa sembrando y cosechando trigo
Tumba de Sennedjem, Deir el-Medina, ca. 1300 a.C.

Fotografía: Internet

La verdadera riqueza de estas tumbas es la decoración mural de la Capilla donde queda en evidencia el talento artístico de los artesanos que trabajaban para los faraones y la nobleza durante el Imperio Nuevo. Y la tumba de Sennedjem es una de las mejor conservadas en lo que respecta a sus pinturas. En la pared Este de la capilla se nos presenta en dos franjas horizontales, las tareas que un agricultor, ayudado por su esposa, realizaba para sembrar y cosechar trigo. Deir el-Medina era una población autosuficiente y sus habitantes tenían parcelas para cultivar sus alimentos. De los productos que no pudieran proveerse por sí mismos se los proveía el Estado, incluido el agua que se acarreaba desde el Nilo. Así que es posible que el propio Sennedjem hubiera cultivado el trigo como lo muestra esta pintura. Esto en su día libre, claro está.


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