La Iglesia Basilical

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Tipologías de Iglesia: «Basilical» y «Centralizada»


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partir de la instauración de la libertad de cultos en el Imperio Romano, con el edicto de Milán promulgado por el Emperador Constantino en el año 313, comienza el desarrollo de un tema que ha dominado por siglos la historia de la arquitectura europea. Una diferencia fundamental entre la ritualidad pagana y la nueva religión era la "interioridad" de la liturgia cristiana. En las ceremonias paganas colectivas los asistentes permanecían en el exterior del templo y al interior solamente ingresaba el sacerdote o, en otros casos, la reunión de fieles en el interior no superaba las dos o tres decenas de personas. Por ello, los templos greco-romanos eran relativamente pequeños y sus interiores simples y despojados, reservándose para el exterior toda la magnificencia y esplendor. En el oficio cristiano, en cambio, es el espacio interior del templo el que debía albergar a todos los fieles y, además, sus características representar contenidos simbólicos y rituales. Estas diferencias hicieron que los templos existentes no pudieran servir de modelo para las nuevas iglesias que comenzaron a construirse, además del hecho de que su imagen estaba asociada en la mente del pueblo, a los cultos paganos y el cristianismo debía diferenciarse de estos. En cambio, un edificio mucho más amplio, cuyas funciones, aunque civiles y no religiosas, se realizaban en el interior del mismo, como era la basílica romana, resultaba más adecuado para el nuevo culto.

Planta tipo
Planta y corte tipológicos de la Basílica romana
Dibujo del autor

Basílica Ulpia
Reconstrucción de la Basílica Ulpia
ca. 113 d.C., Foro de Trajano, Roma

Dibujo: Internet - Dominio Público

Santa Sabina
Interior de Santa Sabina, 422 - 432
Roma, Italia

Fotografía: Livioandronico2013, CC BY-SA 4.0 (vía Wikimedia Commons)

Esquemáticamente, la planta tipo de una basílica consta de un espacio o nave central rodeada de columnas y con una altura superior a las naves laterales que la circundan, lo que permite que por sobre el techo de esas naves laterales se abran ventanas para iluminar el espacio central. Los accesos a estas basílicas romanas estaban casi siempre sobre uno o ambos lados más largos; en los lados más cortos generalmente había ábsides donde se ubicaba el tribunal judicial que resolvía los pleitos entre particulares.

Desde un principio los constructores cristianos adoptaron algunas relaciones espaciales profundamente simbólicas; a saber, el "recorrido", símbolo de la intención del hombre de llegar a Dios. Como el nacimiento de Jesús y toda su vida transcurrió en Judea, al Este de Europa, la dirección de este recorrido debía ser de Oeste a Este, siempre que fuera posible. De tal modo el edificio debería construirse con esa orientación longitudinal, con el acceso al Oeste y el altar al Este. Y la "luz" que viniendo desde lo alto, representaba la luz divina iluminando el espacio sacro. Para el logro de estos objetivos simbólicos, la planta basilical romana se adaptaba perfectamente con apenas algunos cambios: trasladar el acceso a uno de los lados menores, reeplazando el ábside por un pórtico y, en el lado opuesto, ubicar en el otro ábside, el altar mayor.

San Juan de Letrán
Planta de San Juan de Letrán, 313 - 320
Primera Iglesia Cristiana, donada por el emperador Constantino

Dibujo: Internet - Dominio Público
Corte y alzado
Corte y alzado de la primitiva San Juan de Letrán
Fotografía: Internet - Dominio Público

Con el correr de los siglos, esta sencilla planta basilical sufre diversos agregados que añaden nuevas símbologías y/o la adaptan a nuevas necesidades litúrgicas. Uno de estos elementos que ya aparece en las primeras iglesias cristianas, aunque no en todas, es el transepto: una nave, de igual altura que la central, que atraviesa a 90º las naves de la iglesia. La intersección de la nave central y el transepto, llamada "crucero", hacia el siglo IX, comienza a ser destacada ubicando una torre sobre él, denominada “cimborrio”. En un principio el transepto se ubicaba inmediatamente delante del ábside; siglos después y acompañando la evolución de la liturgia, se irán prolongando las naves principales por detrás del transepto para ubicar el coro y el presbiterio delante del altar (originalmente ubicados en el ábside o en el crucero), confiriendo a toda la planta su forma de cruz latina característica.

Las iglesias cristianas de los comienzos (el llamado período Paleocristiano) están concebidas como mundos interiores, como lugares que representan la eterna “ciudad de Dios”. El tratamiento exterior era sencillo, sin ornamentos, generalmente ladrillo o piedra a la vista, sin revocar, y el interior más lujoso, realizado y decorado con los materiales más valiosos, mármoles de distintos colores, mosaicos brillantes, objetos de oro y plata, cielorrasos dorados. La luz proveniente de lo alto, la direccionalidad hacia el altar, el majestuoso espacio interior, todo contribuyía a subrayar su fuerte carácter simbólico y místico, que se proponía como una representación en la tierra de la bíblica Jerusalem Celestial mencionada en el Apocalipsis del evangelista San Juan.

Saint Étienne de Caen, 1065 - 1077
Caen, Francia
Macizo Occidental (las agujas góticas de terminación son del s.XIV)

Fotografía: Viault - CC By-SA 3.0 (vía Wikimedia Commons)

A comienzos del período Románico un nuevo elemento es agregado a la configuración de las iglesias. Construídas siempre que era posible en sentido Este-Oeste, como ya se señaló, estando el acceso al Oeste, se transforma este acceso, tomando el “nartex”, espacio de transición entre el espacio exterior (mundano) y las naves interiores (el espacio sacro), ya existente desde San Juan de Letrán. Este vestíbulo conteniendo la o las puertas de entrada, comienza a estar flanqueado por dos torres componiendo una estructura tripartita de puerta y torres llamada, por mirar al Oeste, “macizo occidental”. Esta estructura parece haber sido tomada de las puertas de entrada a las ciudades, ubicadas en las murallas que rodeaban a las mismas. Estas puertas con torres a sus lados adquirieron ya en la antigüedad, un significado simbólico de protección, de acceso a un recinto, de algún modo, santo. Su incorporación en la fachada de las iglesias medievales unifica los símbolos de protección divina y de aspiración al cielo dado por la direccionalidad vertical de las altas torres laterales.

Fachada de Saint-Étienne de Marmoutier, s.X-XI
Detrás el cimborrio sobre el crucero

Fotografía: Palauenc05 CC By-SA 3.0 (vía Wikimedia Commons)

Lamentablemente, son pocas las iglesias de la Alta Edad Media y aun románicas que han llegado hasta hoy más o menos intactas. Las que no resultaron destruidas, en su mayoría han sufrido diversas refacciones y modificaciones que cambiaron considerablemente su arquitectura y su estilo; tal el caso de las grandes iglesias de peregrinaje, como la Catedral de Santiago de Compostela. En ésta, sólo el interior ha sido bien conservado y nos brinda una clara imagen de como era una iglesia en el siglo XI, mientras el exterior fue recubierto de una decoración barroca, con la consecuencia de que su famoso “Pórtico de la Gloria” quedara sin la perspectiva necesaria para apreciarlo en toda su magnitud y belleza.

En Santiago de Compostela encontramos otras dos innovaciones románicas: una, la “girola”, prolongación de las naves laterales que rodea el ábside por detrás del altar mayor, formando un recorrido contínuo llamado “deambulatorio”, que en muchas iglesias de peregrinaje incluye también el transepto, construído con tres naves como el cuerpo principal del templo. Y la segunda, una serie de pequeños ábsides, denominados “absidiolos”, adosados radialmente al ábside principal, (y en ocasiones también al transepto como en el caso de la catedral compostelana), albergando cada uno una capilla consagrada a la devoción de distintos santos. El ábside central, ubicado en el eje de la nave principal, seguirá siendo de mayores dimensiones y habitualmente estará dedicado al culto de la Virgen. Con estos elementos queda definido en el período Románico la tipología de Iglesia Basilical


Santiago de Compostela, Reconstrucción de su estado original
Dibujo: Internet
Santiago de Compostela, Reconstruccion de la fachada original
Dibujo: Internet
Santiago de Compostela, Planta, 1075-1125
Dibujo: Internet
Santiago de Compostela, 1075-1125. Nave principal
Fotografía del autor
Santiago de Compostela, Fachada actual
Fotografía del autor