Caracteríticas Formales
urante la Edad Media la representación artística abandona el naturalismo greco-romano, tendencia que ya se había manifestado en los últimos siglos del Imperio Romano de Occidente con la influencia del arte “plebeyo” en el arte oficial. A la caida del Imperio, la Iglesia queda como única estructura de organización social y política en el contexto europeo y el arte fue puesto al servicio de la propagación de la fe cristiana. Pero en este punto surgió un problema conocido como la disputa
Las imágenes, para cumplir la finalidad que se les asignaba, debían tener determinadas características. Si su función era utilitaria, todo lo que pudiera distraer la atención de su sagrado propósito debía ser eliminado. Se profundiza de este modo, el proceso iniciado en los últimos siglos del Imperio romano. Las ideas de claridad y sencillez reemplazaron al ideal de una representación imitativa de la naturaleza. La representación se estilizó y lo fundamental ya no fue "lo que se sabe" de las formas (como para los egipcios) ni "como se ven" estas (como para los griegos), sino lo que las formas simbolizan, la "verdad" que expresan. Los artistas medievales no buscaron crear imágenes realistas sino comunicar el mensaje bíblico y la historia sagrada, expresando el poder y la clemencia de Dios del modo más simple y claro posible para la comprensión de los fieles. Para el logro de este sagrado objetivo todo aquello que pudiera distraer la atención de lo estrictamente esencial, debía ser eliminado. En palabras de Gombrich: «...los artistas del medioevo aprendieron a expresar lo que sentían».
Así, el realismo y naturalismo del arte greco-romano fue descartado. No se utilizó el escorzo ni se buscó reproducir un espacio unitario y coherente. Las figuras se presentan planas, aisladas o en grupos, con escaso o nulo modelado o sombreado. Inmóviles y sin vida, producen sin embargo un efecto espiritualizado, alejado de lo terrenal. Representando de esta forma una figura, y con tales intenciones, el retrato pierde sentido y se abandona su práctica; en el caso de personajes civiles el pintor escribirá el nombre del mismo junto a su figura. Para los personajes bíblicos y los santos se irá desarrollando toda una iconografía simbólica que asigna animales u objetos como atributos de cada santo o profeta, —elegidos según sus acciones en la historia bíblica—, y que luego sirven para su identificación al representarlo. O, como en el caso de los evanelistas, bastará con el atributo iconográfico para su representación: el Ángel, para Mateo; el León, para Marcos; el Buey, será Lucas; y el Águila, designa a Juan (iconografía llamada los tetramorfos, que suelen aparecer rodeando a Cristo). En las escenas religiosas el tamaño de cada personaje está en relación a su jerarquía —forma de representación que se denomina "perspectiva jerárquica" y que ya fuera utilizada por los egipcios—. Así, por ejemplo, Jesucristo o la Virgen serán las figuras de mayor tamaño aunque sean las más alejadas en la escena o se hallen sentadas junto a otras figuras de pie.
Entre el siglo XIII y XIV se percibió un renovado interés de los artistas por los aspectos referidos a la representación, volvieron a mirar la naturaleza —quizás tembién a los restos de las esculturas y relieves greco-romanos— para lograr una mayor veracidad en los temas representados y, de este modo, conmover más intensamente a los fieles y promover su devoción. Ese camino conducía necesariamente a recuperar las formas de representación naturalista de la antigüedad, y serán pintores italianos de finales del siglo XIII y principios del siglo XIV, como Duccio, Cimabue y Giotto, quienes serán considerados como los precursores del Renacimiento italiano del siglo XV.
La producción pictórica medieval se plasmó en diversas técnicas. Para imágenes bidimensionales se utilizó la pintura
La escultura de este período pierde autonomía, aparece integrada a la arquitectura de las iglesias y catedrales. Si bien en un principio fue rechazada siguiendo el precepto bíblico, hacia los siglos X y XI, a medida que el concepto de las imágenes como «...la Bíblia de los iletrados» se va expandiendo en el occidente europeo, comienzan a ser utilizadas muevamente, comenzando en Francia. Las figuras de los apóstoles, los profetas u otros personajes bíblicos recubrirán las
La arquitectura religiosa medieval atraviesa básicamente tres períodos. A partir de lo hecho en el período Paleocristiano (siglos II a V-VI) con las primeras iglesias, baptisterios, martyria y mausoleos, de planta basilical las primeras, centralizada los demás, divergen dos caminos: en el área del Imperio Romano de Oriente, se abre el momento del Arte Bizantino. En Occidente, en el períoso llamado Prerrománico (siglos VI a X) se van ensayando las características constructivas y formales de lo que se plasmará a partir del siglo X, en el período Románico, el primer estilo arquitectónico europeo (aunque con marcadas diferencias regionales). Para finalmente, en el siglo XII llegar, mediante un notable avance tecnológico en la definición estructural del edificio, al estilo que unifica la arquitectura europea: el Gótico que, incluso, trasciende a la arquitectura civil.
El estilo Románico surge en Normandía (región del noroeste de Francia, sobre el Canal de la Mancha), a finales del s.X, desarrollandosé durante el siglo XI y principios del XII. Haciendo abstracción de las diferencias que presenta en diferentes zonas de Europa, sus características generales pueden definirse como sigue:
- Gruesos muros con escasas y pequeñas aberturas. Impresionan por su compacta solidez.
- En este período el transepto iguala la altura de la nave central y se define el crucero, entre la nave y el altar, de modo que la planta basilical reafirma su forma de cruz latina.
- Exterior despojado de ornamentación escultórica, que comenzará a aparecer lentamente al final del período; interior sobrio con pocos elementos escultóricos ornamentales de formas rígidas y solemnes, integrados en los componentes arquitectónicos (capiteles, columnas, pórticos).
- Planta con una nave central y dos o cuatro laterales. La nave central cubierta con bóveda de "cañon corrido" (también llamada de "medio cañón"), y las laterales, generalmente, con bóvedas "de arista".
- La bóveda central reforzada con "arcos fajones" genera un espacio fraccionado en módulos repetitivos.
- Dos altas torres, una a cada lado del pórtico central, conforman un “macizo occidental” característico. En el norte de Europa, a las torres de este macizo se le suelen sumar otras torres distribuídas en la planta de la iglesia.
El Románico, de algún modo, sirvió para generar y ensayar soluciones constructivas y estructurales que permitieran hacer más grandes, más altas y más luminosas a las iglesias. Este proceso culmina en la creación del estilo Gótico, que se expandirá por toda Europa. Perfeccionando la técnica de abovedar con la invención de la bóveda nervurada o de crucería, evolución de la bóveda de arista romana con muchas ventajas constructivas y de costo, el gótico adquiere sus formas tan características y que lo hacen facilmente identificable, aun por un lego en materia de construcciones.
- El uso del arco apuntado con claras ventajas constructivas: reducción de los empujes laterales y la posibilidad de igualar alturas entre arcos con distinta luz.
- La bóveda de crucería que concentra el peso en las cuatro esquinas del módulo resultante
- Los grandes ventanales cubiertos de vitrales con imagenes que relatan pasajes bíblicos o de las vidas de los santos. Hechos posibles por la liberación del muro de su función portante al concentrarse ésta en los pilares.
- La repetición de finos arcos y nervaduras, transversales, laterales y diagonales, unifican el espacio de las naves, en oposición con la fragmentación producida por los arcos fajones del románico.
- El gran ventanal circular —rosetón— sobre el portal central de la iglesia y, a veces, en los brazos del transepto.
- Los arbotantes, arcos que absorben los empujes laterales de la bóveda central y los trasladan a los contrafuertes exteriores.
- Las grandes alturas interiores de más de 40 m que el elaborado sistema estructural gótico logró, llevando al límite las posibilidades de una construcción de mampostería.
- La creciente ornamentación principalmente exterior, con profusión de estatuas, más resaltadas y con mayor expresividad, y otros motivos ornamentales como molduras, pináculos, gárgolas, etc.
Temas
a temática del arte en estos 10 siglos es predominantemente religiosa. El arte estaba para representar las verdades divinas, ilustrar pasajes bíblicos o de la vida de los santos, y así servir de soporte gráfico a la prédica de sacerdotes y misioneros en las iglesias, ya fuesen las esculturas de apóstoles, santos y profetas ubicadas en las jambas de los pórticos y los tímpanos de los accesos a las iglesias, o las pinturas de los retablos de altar. En otros casos, aunque la imagen mostrara otro tema, siempre estaba en alguna relación con lo religioso, como en los "libros de horas" u otros escritos religiosos. Era frecuente que se hallaran representados reyes o nobles junto a sus santos patronos o la Virgen y el Niño, tanto como muestra de su devoción como afirmación de su derecho divino a gobernar.
Aspectos Estilísticos
os pueblos bárbaros que se asientan en Europa traen sus propias tradiciones artísticas, que se expresan, fundamentalmente, en una rica orfebrería, pues, siendo semi-nómades no traen en su bagaje un legado pictórico ni de representación humana o figurativa. Los misioneros tratan de adaptar al arte cristiano esas habilidades, resultando así una variedad de propuestas formales que varían según la región y pueblo de origen. Son notables y bellos los ejemplos de libros iluminados procedentes de los monasterios británicos con sus intrincados arabescos que recuerdan el trabajo del orfebre. El período Románico mantiene fuertes variaciones regionales pero sirve de ensayo y preparación de las fórmulas estilísticas y constructivas que, a partir del S. XII, unifican el arte de Europa bajo las formas del estilo Gótico. En la Pintura desaparece toda intención de representación del espacio y de naturalismo hasta el siglo XIII. Luego, el naturalismo se irá abriendo paso en la representación, preanunciando el retorno al clasicismo del Renacimiento. En Arquitectura el Románico destaca por tratar el espacio en unidades modulares repetitivas; en cambio, la invención de la bóveda nervurada gótica dará un caracter fluído y unitario al espacio de la iglesia, a la vez que al liberar a los muros de toda función de soporte, permite los grandes ventanales con vitrales que inundan de luz el espacio, y constituyen una de las características del Gótico más reconocidas.
Notas
[1] «No os volveréis a los ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición.» - Antiguo Testamento, Levítico (19, 4)