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Santuarios de Grecia


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os griegos rendían culto a los dioses olímpicos en recintos sagrados de gran amplitud y especialmente dedicados, donde construían los templos y otras dependencias que fueran requeridas por la naturaleza de las ceremonias de culto que en ellos se relizaban. Ciertos lugares, por alguna razón, generalmente mitológica, en épocas remotas devenían en lugares de culto y se fueron desarrollando a través del tiempo haciéndose más o menos complejos urbanísticamente al ir sumando distintas dependencias, según la popularidad e importancia que iban adquiriendo para la población. Las acrópolis como la de Atenas, Esparta o Pérgamo, eran santuarios, pues allí se erigían el o los principales templos dedicados a los dioses bajo cuya advocación estaba la ciudad. Las acrópolis se caracterizaban por estar ubicadas en la propia ciudad. Pero existían otros santuarios que estaban ubicados en zonas algo alejadas de las ciudades desde que los bosques y las colinas han sido desde tiempos prehistóricos lugares que al hombre le parecíeron propicios para tomar contacto con la divinidad. Así la presencia de cierta especie de arbol o la de agua surgente o cualquier otra característica original dentro de un determinado entorno, motivaba el origen de una leyenda, instituía ese lugar como sagrado y, con el tiempo, se generaban estos santuarios, de los que hubo muchos distribuidos por toda Grecia, aunque solo de unos pocos han llegado restos hasta nuestros días.

Mapa de ubicación de los principales santuarios de Grecia
Mapa de ubicación de los principales santuarios de Grecia
Rowanwindwhistlerderivative work: Rowanwindwhistler / CC BY-SA

Algunos de estos santuarios, además de albergar el culto a uno o varios dioses, eran sede de un , pues estaban dedicados a uno de los dioses "adivinos": Zeus, el principal, pero también Apolo, Afrodita, Asclepios, Poseidón y otros. Asimismo en varios de ellos, las festividades de culto a los dioses incluían competencias atléticas y/o teatrales y musicales. En esas ocasiones afluían al santuario gran número de personas procedentes de toda Grecia, por lo tanto estas locaciones fueron sumando edificios e instalaciones para albergar las distintas actividades. Así, teatros, gimnasios, palestras y estadios (pistas de carreras pedestres), e hipódromos para las carreras de carros, se incorporaban al equipamiento edilicio de estos recintos sagrados, y, en algún caso, hasta alojamientos para los participantes, cuando la distancia a la ciudad más cercana fuera grande.

Con una organización política basada en ciudades estado independientes —polis—, estos juegos y certámenes eran un elemento fundamental para que los griegos tomaran conciencia de su identidad y unidad cultural, por encima de las rivalidades, conflictos o guerras que permanentemente los enfrentaban y que durante la realización de los juegos quedaban en suspenso estableciéndose una tregua de carácter sagrado, llamada "tregua olímpica", para que gentes de todas partes de Grecia pudiera asistir a ellos sin peligro. Pero estos Juegos Olímpicos, realizados en el santuario de Olimpia, no eran los únicos. Los juegos píticos, que tenían lugar en el santuario de Delfos, los nemeos, en la ciudad de Nemea, o los panatenaicos, en Atenas, no eran menos importantes y concurridos.



El Santuario de Olimpia



Olimpia, plano general
Plano general del Santuario de Olimpia
Ilustración: Bibi Saint-Pol / Dominio Público / via Wikimedia Commons

Referencias

1 - Propileo noreste;   2 - Pritaneo;   3 - Filipeo:   4 - Templo de Hera;   5 - Pelopio;   6 - Ninfeo de Herodes Ático;   7 - Metroo;   8 - Zanes;   9 - Paso subterráneo de acceso al estadio;   10 - Estadio;   11 - Pórtico del Eco;   12 - Monumento de Ptolomeo II y Arsínoe;   13 - Estoa de Hestia;   14 - Edificio helenístico;   15 - Templo de Zeus;   16 - Altar de Zeus;   17 - Exvoto de los aqueos;   18 - Exvoto de Micito;   19 - Pedestal de la Victoria de Peonio;   20 - Gimnasio;   21 - Palestra;   22 - Teecoleón;   23 - Heroon;   24 - Taller de Fidias y basílica paleocristiana;   25 - Baños del Cládeo;   26 - Baños griegos;   27 - Hostal;   28 - Hostal;   29 - Leonideo;   30 - Baños del sur;   31 - Bouleuterión;   32 - Estoa Sur;   33 - Villa de Nerón. / I a XII - Terraza de los Tesoros: I - Tesoro de Sición; II y III - Tesoros no identificados; IV - Epidamno; V - Bizancio; VI - Síbaris; VII - Cirene; VIII - Selinunte; IX - Metaponto; X - Megara; XI - Gela; XII - Siracusa.

Ubicado al NO de la península griega del Peloponeso, el santuario de Olimpia se encuentra en un valle boscoso entre el río Alfeo y las estribaciones del monte Cronio, sobre la ribera este del río Cládeo, afluente del Alfeo. Es probable que ya existiera en el lugar un santuario en las postrimerías del período micénico (ca. 1200 a.C.) aunque el bosque sagrado —el "Altis"— se formó entre los siglos X y IX a.C. y las primeras estatuas de Zeus halladas en las excavaciones están datadas entre los años 900 y 700 a.C. Si bien el santuario, ya desde época arcaica, tenía a Zeus como divinidad principal, también había templos consagrados a Hera, Herácles y otras deidades. El recinto sagrado —el témenos— estaba delimitado por un muro bajo, dentro de él sólo podían erigirse edificios relacionados con el culto —templos y altares—. El lugar era un área rural, el témenos estaba rodeado de árboles, y la ciudad más cercana era Elis, distante algo más de 40 km.

Filipeo
Santuario de Olimpia, Templo de Hera; fines del s.VII a.C.
Fotografía: Carole Raddato from FRANKFURT, Germany / CC BY-SA

El conocimiento de las construcciones que componían el santuario se deben a las sucesivas excavaciones comenzadas en 1820 por arqueólogos alemanes y continuadas en varios períodos del siglo XIX y XX, y por las descripciones de Pausanias, que visitó el lugar en el año 173 de nuestra era. Los edificios más importantes eran:

* el Templo de Hera, construido hacia fines del s.VII a.C. es un templo períptero hexástilo de seis por 16 columnas, con pronaos, cella y opistódomos[1]. Es el templo más antiguo conocido con sus extremos "en doble antis". Originalmente sus columnas eran de madera pero paulatincmente fueron reemplazadas por columnas de orden dórico de piedra. Las paredes de la cella eran de adobe elevadas sobre un zócalo de piedra de 1 metro de altura. En el interior de la cella dos filas de columnas corrían muy próximas a los muros laterales a los que estaban unidas con pequeños muros como si formaran capillas laterales.

Pausanias en su "Descripción de Grecia" destaca la escultura de la diosa sentada en su trono, aunque no da noticia sobre su escultor. También, según su relato, estaba una estatua de Zeus de pie, al lado Hera. Muchas otras imágenes se encontraban en la cella representando a diversos dioses de la mitología griega. Cuenta, además, que, cada cinco años, las llamadas "dieciseis mujeres" tejían un para la diosa y organizaban los Juegos Hereos donde muchachas de diferentes edades disputaban una serie de carreras y las vencedoras recibían una corona de olivo y parte de la vaca que se sacrificaba a la diosa.

Numerosos fueron hallados en las excavaciones; entre los más notables hubo una escultura en mármol atribuida a Praxíteles, "Hermes con el niño Dioniso", de 2,115 metros de alto, actualmente en el Museo Arqueológico de Olimpia; o el cofre de Cipselo, hoy desaparecido, descripto por Pausanias como un arca de madera de cedro decorada con figuras en oro y marfil representando escenas mitológicas o de personajes míticos participando en los juegos. Junto a ellas había inscripciones en griego antiguo, algunas escritas en y otras describiendo círculos.

* el Templo de Zeus, probablemente comenzado a construir hacia 470 a.C. y concluído en 457 a.C. Era un templo períptero hexástilo de orden dórico, con 13 columnas en los laterales (de acuerdo con la norma clásica: nº de columnas frontales x 2 + 1), y medía 27 metros de ancho por 64 de largo. Fue obra del arquitecto Libón de Élide y sus perfectas proporciones siguiendo lo establecido en el orden, que, por lo visto, ya había alcanzado un completo desarrollo, lo convirtieron en un templo dórico modélico. Por su gran tamaño —alcanzaría casi los 10 metros de altura en la cumbrera del techo a dos aguas— el templo dominaba el témenos a pesar de haber sido levantado en el borde Sur del mismo.

Templo de Zeus
Reconstrucción virtual del Templo de Zeus en Olimpia con su policromía original
Imagen: Trasancos3D / National Geographic

Estatua de Zeus
Reconstrucción virtual del Templo de Zeus en Olimpia, mostrando el interior
Imagen: Trasancos3D / National Geographic

Las columnas median casi 10 metros y medio de altura y el entablamento unos 4 metros. Si bien la intención era construirlo en mármol, material más apreciado y sólido, la no existencia de canteras de mármol en la región obligó a construirlo en piedra caliza, la que fue recubierta con una capa de estuco protector para darle una apariencia marmórea. Esta capa estaba coloreada en el entablamento en tonos de azul y dorado; el azul también daba fondo a las esculturas de los frontones, también policromadas como se acostumbraba en Grecia, lo que las hacía resaltar más aun.

Ruinas del Templo de Zeus
Ruinas del Templo de Zeus en Olimpia
Fotografía: AgeFotostock / National Geographic

Friso y frontones presentaban gran cantidad de relieves y esculturas que debían provenir de algún taller de la zona o quizá cercano al propio lugar de construcción, por lo que se designa su atribución al Maestro de Olimpia y su taller. En las metopas del friso estaban representadas la hazañas de Herácles (Hércules para los romanos) y en los frontones, profúsamente adornados de modo similar al Partenón, estaba representada, en el frontón este, la mítica carrera de carros entre Pélope, héroe mítico que da nombre a la península del Peloponeso, y Enómao, otro personaje mítológico. En el frontón oeste las esculturas aludían a la Centauromaquia, la cruenta batalla entre los lapitas y los centauros, motivo muy popular en la iconografía mitológica griega, que encontramos también en el Altar de Zeus en Pérgamo y en metopas del Partenón.

En el interior de la cella y a corta distancia de los muros laterales, una doble columnata demarcaba la cámara para la estatua del dios. Esta monumental estatua de Zeus fue obra de Fidias y, junto con la de Atenea ubicada en el Partenón, fueron las que cimentaron la inobjetable fama que tenía su autor. Medía aproximadamente 12 metros de alto sin considerar la base; estaba hecha, al igual que la de Atenea, de marfíl para la piel y oro para los ropajes y accesorios. Representaba a Zeus sentado en su trono sosteniento un cetro con su mano izquierda y en la derecha una Nike alada, la diosa de la victoria. Tenía el torso desnudo y su manto de oro caía sobre sus piernas; su cabeza llevaba una corona de olivo, también realizada en oro. Fidias hizo pavimentar el suelo de la cámara en piedra negra de Eleusis; asimismo construyó la base de la estatua, de unos 6,60 por 9,90 metros, en bloques calizos azul negro. De este modo la estatua crisoelefantina resaltaba brillantemente sobre su entorno. Para su realización, el escultor montó su taller cerca del lugar de las obras del Templo, entre el témenos y el río. (Este edificio posteriormente fue transformado en una basílica ). La obra le demandó a Fidias 8 años de trabajo, secundado por gran número de tallistas y asistentes. Sin duda no fueron en vano, pues en época helenística fue incluída entre las Siete Maravillas del Mundo Antiguo que merecían visitarse.

Luego que Teodosio I el Grande prohibiera los Juegos Olímpicos por considerarlos un ritual pagano, la estatua de Zeus fue trasladada a Constantinopla y, al parecer fue destruida por un voraz incendio años después. El santuario quedó práticamente abandonado y fue victima del pillaje y saqueados sus tesoros en varias oportunidades hasta que en 395 los godos de Alarico saquearon todo lo que quedaba. La destrucción de templos paganos que se sucedieron durante el s.V sumado a dos terremotos ocurridos en el siglo siguiente, redujeron a ruinas lo que había sido uno de los santuarios más importantes de Grecia. Luego, las crecidas de los ríos Cládeo y Alfeo las fueron cubriendo con sus sedimentos

Fronton Este
Esculturas del frontón Este del Templo de Zeus, Olimpia, s.V a.C., Museo Arqueológico de Olimpia
Fotografía: Angela Monika Arnold, Berlin / CC BY 3.0

Los Juegos Olímpicos. De origen incierto, estos Juegos tuvieron un importante papel en la historia de Grecia. Han sido registrados varios orígenes mitológicos: que fueron creados por Zeus en celebración de su victoria sobre Crono; que los creo Heracles en honor de Zeus, su padre; o que otro Heracles, uno de los Dáctilos, raza mitológica arcaica de hombrecillos, quien habría propuesto a sus hermanos una carrera en la que el vencedor sería coronado con una corona de olivo. Dejando de lado estas leyendas, resulta extraño que la Crónica de Paros (cronología histórica y mitológica de Grecia procedente del siglo V a.C.) que consigna la creación de diversos Juegos como los Panatenaicos, los Ítsmicos, los Nemeos o los Panjonios, entre fines del s.XVI y el s.XI a.C., no menciona en absoluto los Juegos Olímpicos.

De los Juegos Olímpicos se tiene noticia desde el 776 a.C., el año en que se comenzó a llevar registro de los vencedores, aunque no se descarta que pudieran haberse venido realizando desde tiempo atras. Algunos autores, basados en un comentario de Eusebio de Cesarea que indica que no se guardaron registro de los vencedores de las primeras 27 olimpíadas, dan el año 884 a.C. como inicio de estos Juegos. Ocurrían cada cuatro años, período que se convirtió en una referencia cronológica, casi una unidad de tiempo, para la organización temporal de la vida griega. Se realizaron ininterrupidamente hasta que fueron prohibidos por el emperador Teodosio en 394 de nuestra era, cuando prohibió todas las fiestas y cultos paganos. La última Olimpíada, la nº 293, fue en el año 393. A los Juegos llegaban participantes de casi todas las ciudades de Grecia, aunque al principio predominaban las de la región doria. Mas tarde, la participación se extendió a todas las regiones dominadas por los griegos; las conquistas de Alejandro Magno hicieron que ciudades de Asia mandaran participantes. Finalmente cuando Grecia cae bajo el dominio romano, estos comenzaron a participar también en las competencias olímpicas. Los atletas representaban a su ciudad y los que resultaban vencedores, cuando regresaban a su ciudad, eran aclamados como héroes y agasajados por ella y, en algún caso, recibían un premio monetario. En Olimpia, los vencedores eran coronados con una corona de olivo, hecha con ramas del olivo salvaje que había crecido detrás del Templo de Zeus.

Completaban las instalaciones del santuario:

Terraza de los Tesoros
Terraza de los Tesoros, Santuario de Olimpia
Fotografía: Elisa.rolle / CC BY-SA

* los Altares. En el centro del Altis se encontraba el principal altar de los muchos que había en el santuario: el altar de Zeus. Se dice que estaba hecho con las cenizas de los sacrificios ofrecidos al dios por lo que su altura se iba incrementando paulatinamente. Pausanias menciona una larga lista de altares dedicados a distintos dioses, a las Musas, a las Ninfas, a las Horas, a los ríos Cládeo y Alfeo y así siguiendo. Había una altar a todos los dioses y otro a los dioses desconocidos. Los habitantes de Elis hacian sacrificios en todos los altares una vez al mes quemando incienso, granos de trigo con miel y ramas de olivo, cantaban himnos y hacían libaciones con vino.

* el Pritaneo, donde vivían y deliberaban los pritanos, magistrados encargados de la administración del santuario y la organización de los Juegos. También fue sede de distintas funciones litúrgicas y festivas. Se construyó a finales del s.VI o principios del V a.C. y sufrió sucesivas ampliaciones. En el se realizaban grandes banquetes oficiales celebrando los Juegos o agasajando a los atletas triunfadores.

* el Metroo, un pequeño templo dórico dedicado a la Madre de los dioses Rea. Ubicado en un sitio donde desde tiempos prehistóricos se rendía culto a deidades como la Madre Tierra o a Eilithia, unn diosa relacionada con la maternidad. En época romana fue dedicado al culto de los emperadores.

* la Terraza de los Tesoros. Ubicada al NO del témenos, al pie del monte Cronio. esta terraza aglutina una serie de pequeños edificios con apariencia de templetes, que eran construidos por las ciudades para guardar en ellos los preciosos utensilios que sus representantes utilizaban en los periódicos sacrificios que ofrecían a Zeus para granjearse su favor. De los doce que existieron en esta terraza se han identificado diez, correspondientes a las ciudades de Sición, Siracusa, Epidamno, Bizancio, Síbaris, Cirene, Selinunte, Metaponto, Mégara y Gela. Fueron construidos entre los siglos VI y V a.C.

Filipeo
Filipeo, Santuario de Olimpia, s.IV a.C.
Fotografía: Karta24 / CC BY-SA

* el Pelopio, monumento funerario donde se rendía culto al héroe local Pélope, muy respetado por los habitantes de la península. Construído sobre el túmulo de un cementerio prehistórico en el siglo VI a.C. En el s.V a.C fue ampliado con forma pentagonal irregular y, hacia el final de la centuria, se le agregó un propileo dórico en la entrada.

Ninfeo

* el Ninfeo, un reservorio de agua traida desde manantiales al este del santuario mediante un sistema de canalizaciones y que vino a solucionar un problema de escasez de agua potable que se agudizaba durante los Juegos Olímpicos por la gran afluencia de público, atletas y personalidades. Fué donado por Herodes Ático (quien también hizo construir el Odeón de la Acrópolis de Atenas) y consistía en dos fuentes que almacenaban el agua traida por el acueducto. Al frente una fuente rectangular alargada de 21.90 m por 3.43 de ancho con un pequeño tholos corintio en cada extremo, con sendas estatuas del emperador y del donante. La otra semicircular adosada en el lado largo de la anterior tenía un diámetro de 16.62 metros. En el borde semicircular se levantaba un muro de mármol multicolor con dos niveles de once nichos cada uno, con esculturas de mármol; en el nivel inferior estaban las estatuas del emperador Antonino Pío y su familia y en el superior las de Herodes Ático y su familia. En ambos niveles el nicho central lo ocupaba una estatua de Zeus. En el centro de la fuente había una estatua de un toro.

* el Filipeo. Este templo circular (tholos) de estilo jónico fue mandado a construir por Filipo II de Macedonia en el siglo IV a.C. Ubicado al oeste del templo de Hera, en el interior colocó las estatuas de sus padres, su esposa Olimpia, su hijo Alejandro Magno y la suya. Todos estaban vivos aun pero de este modo se ubicaban junto a los dioses, quizá pretendiendo la propia deificación a su muerte, práctica que siglos más tarde, adoptarían algunos emperadores romanos.

Zanes
Entrada al tunel abovedado que conducía al Estadio
En primer plano los pedestales de los "Zanes"

Fotografía: Internet

* los Zanes, (plural de Zeus[2]), eran estatuas de bronce de Zeus, ubicadas a ambos lados del camino que conducía a la pista de carreras. Eran costeadas con las multas impuestas a los atletas que habían cometido alguna falta contra las reglas de los juegos o incurrido en sobornos a sus rivales. Esas estatuas ya no existen pero han quedado 16 pedestales sobre los que estaban colocadas. Estaban realizadas por importantes escultores de la época. Según Pausanias, la primer multa impuesta fue en la 98ª Olimpíada (388 a.C.) lo que parece indicar que a partir del s.IV a.C. habría habido una relajación de la deportividad y los valores morales. En los pedestales se colocaban inscripciones con una exhortación a los atletas a confiar en su capacidad física para obtener la victoria y no en el dinero. Es posible que se pusiera también el nombre del infractor, lo que constituiría una deshonra para el atleta y para su ciudad.

Por todo el resto del santuario proliferaban las estatuas ofrecidas como exvotos a los dioses o erigidas por los atletas vencedores en agradecimiento por haber recibido de los dioses el don de la victoria.

Fuera del recinto sagrado delimitado por el muro bajo ya mencionado, se fueron construyendo en distintos períodos otras dependencias necesarias para el funcionamiento del santuario y el desarrollo de los Juegos. Entre ellos, cabe mencionar:

* el Bouleuterion era la sede donde se reunían los miembros de la Boulé, el consejo encargado de administrar el santuario y organizar los Juegos Olímpicos; también intervenía en la resolución de los conflictos o quejas que pudieran surgir durante su desarrollo. Fue construído en el s.VI a.C. al sur del Altis. Más al sur, en el s.IV a.C. fue levantada una estoa.

Leonideo
Ruinas del Leonideo, Olimpia, ca. 330 a.C.
Fotografía: Internet

* el Teecoleón fue construído en el s.V a.C., entre el Altis y el río, como residencia de los sacerdotes y el personal que servían permanentemente en el santuario. En épocas helenística y romana tuvo varias ampliaciones.

* el Taller de Fidias estaba al lado del Teecoleón. Se han encontrado gran cantidad de herramientas en las excavaciones arqueológicas. En el s.II d.C. había allí un altar dedicado a todos los dioses; posteriormente en el s.V d.C. se levantó la basílica cristiana ya mencionada.

* el ubicado al oeste del Teecoleón, era un pequeño edificio que anteriormente había servido como "sala de sudor" (similar a un baño turco), constaba de dos habitaciones, una circular de poco más de 8 metros de diámetro donde se encontró un pequeño altar de cenizas y arcilla. Se desconoce a que héroe estaba dedicado.

* el Leonideo, un amplio edificio residencial, construído para alojar a visitantes distinguidos; fue levantado en el s.IV a.C. (ca. 330 a.C.) y modificado en época romana. Era un edificio casi cuadrado, de 80 x 73.5 metros, con las habitaciones rodeando un gran patio central ajardinado y con una fuente. Constaba de un peristilo exterior con columnas jónicas, mientras que la galería que daba al patio central tenía una columnata de orden corintio. Su nombre alude al arquitecto Leónidas de Naxos que lo proyectó.

Al oeste del Taller de Fidias hubo dos hostales, construídos hacia el 170 a.C., época romana, para alojamiento de los atletas. Su construcción se llevó a cabo en el marco de un plan de construcciones nuevas y reparaciónes de varios edificios existentes, llevado a cabo para adaptarlos a los gustos romanos por los grandes volúmenes, muchas habitaciones y ricas decoraciones. En esta zona, al oeste del Altis, se levantaron en distintas épocas, varias instalaciones de baños. Durante el s.V a.C., cerca de la orilla del Cládeo, se construyó una sala rectangular de 12 x 4 m, los hoy llamados baños griegos, en cuyo centro había un pozo de donde los atletas extraían el agua para higienizarse. Estas instalaciones se fueron ampliando, se agregó otra sala con pequeñas bañeras de asiento hasta que en el s.II a.C. se demolieron para dar paso a instalaciones más modernas con agua caliente. También del s.V a.C. es una piscina de 24 x 16 m que se hizo cerca de la orilla del Cláveo. De época romana, comienzos del s.II d.C., son dos instalaciones termales construídas junto al río Cláveo, una de ellas donde estaba la piscina griega. Se destacan por los bellos mosaicos de los pisos, muchos de ellos recuperados. Al norte del Pritaneo, se hallaban las Termas Norte, una instalación de baños de época romana construída sobre un edificio de baños helenístico. Numerosas salas de baños y otras con múltiples funciones, se distribuían alrededor de un peristilo con un suelo de hermosos mosaicos con representaciones marítimas, hoy restaurados.

Palestra
La Palestra, Olimpia, fines s.III a.C: o comienzos s.II a.C.
Fotografía: Wknight94 talk / CC BY-SA

Las instalaciones deportivas para la realización de los Juegos Olímpicos eran el estadio, una pista para las carreras pedestres; el gimnasio, espacio de entrenamiento y práctica para diversas disciplinas atléticas; la palestra, lugar dedicado a las disciplinas de lucha y boxeo, y el hipódromo, para la realización de carreras de caballos y de carros, cuya ubicación se desconoce dado que no se ha encontrado vestigio alguno de él.

Estadio
Estadio de Olimpia, s.V a.C.
Fotografía: Internet

* El Estadio era la pista para las carreras pedestres. Su largo era 212.5 m x 28.5 m de ancho y estaba rodeada de terraplenes de cesped donde se ubicaba el público. En el lado sur de la pista había una exedra de piedra donde se hubicaban los jueces de la competencia. Los participantes, únicamente hombres, competían desnudos; las mujeres no podían ni asistir como espectadores, solo la sacerdotisa de Deméter presenciaba las competencias, desde un lugar de honor.

* La Palestra era una tipología edilicia que se repetía en ciudades y santuarios donde los atletas debieran entrenarse en las disciplinas deportivas de lucha, o boxeo. La de Olimpia reproduce las características generales de esta tipología. Es un edificio prácticamente cuadrado con un gran patio central donde los atletas se entrenarían, reodeado completamente por un peristilo columnado que da paso a una serie de habitaciones de tamaños variables que se supone tendrían usos tales como cambiarse de ropa (vestuario), aceitarse el cuerpo, asearse después de la práctica o, incluso entrenar bajo techo en días de lluvia o excesivo calor. Además de locales para guardar los elementos de uso en el entrenamiento. Los ejes centrales del edificio están orientados según los puntos cardinales; del lado norte había un acceso que comunicaba directamente con el gimnasio. Se accedía por puertas ubicadas, una en la esquina NO y dos más en el lado sur, flanqueadas por columnas corintias.

* El Gimnasio: ubicado al norte de la palestra, era un edificio rectangular edificado a orillas del río Cládeo —dos de sus lados han desaparecido con las crecidas del río— compuesto basicamente por estoas que delimitaban un espacio central dedicado a la práctica del lanzamiento del disco, de la jabalina, salto en largo, carreras y pentatlón. La estoa sur estaba adherida al muro norte de la palestra y tenía un banco a todo lo largo del muro, seguramente para descanso de los atletas. La estoa este tenía 220 m de longitud por 10 m de ancho; su techo era sostenido por una doble columnata dórica y albergaba dos pistas de carreras de 192 m con suelo de tierra o arena blanda, evidentemente destinada al entrenamiento a resguardo de las inclemencias del tiempo.



El Oráculo de Delfos



Delfos
Santuario de Delfos, vista aerea
Imagen: Google Earth

Santuario y Oráculo de Delfos
Plano del "témenos" del Santuario y Oráculo de Delfos
Imagen: P. de la Coste-Messelière, / Public domain

Consagrado al dios Apolo, el Oráculo de Delfos fue el más famoso y, quizá, el más consultado oráculo de la antigüedad. Los gobernantes de las Polis griegas acudían a él antes de tomar cualquier decisión de importancia y los particulares iban con ofrendas a Apolo y a consultar las dudas que tuvieran sobre su futuro en lo referente a matrimonio, hijos o negocios. Fue el oráculo que anunció el trágico destino de los personajes en la famosa tragedia de Sófocles, "Edipo Rey". Pero, al menos en lo político, su función no era tanto predecir el futuro, sino más bien, «...proveer de sanción divina a las decisiones políticas de las ciudades.»[3] Tal era su fama que incluso llegaban a él delegaciones de ciudades fuera del ámbito griego como ser de Egipto o Asia menor.

Delfos era el destino final de una red de peregrinaje que se extendía por toda Grecia. Las ciudades mandaban sus delegaciones para realizar al oráculo las preguntas que deseaban plantear, y junto con los funcionarios se acoplaban ciudadanos que deseaban requerir consejo sobre sus asuntos personales. Esto permitía a los particulares gozar de la protección de la delegación pues en su conjunto ésta viajaba bajo protección divina y revestía carácter de sagrada e inviolable, lo que de algún modo reducía los riesgos de ataques y pillajes durante el largo viaje.

Estaba ubicado sobre una meseta en la ladera del monte Parnaso —donde se reunían, según la mitología, las musas inspiradoras de diversas artes—, a 700 m sobre el nivel del mar. En la zona brotaban varios manantiales que formaban fuentes, la más conocida era la llamada Castalia, rodeada de un bosque de laureles y consagrados ambos, fuente y bosque, a Apolo. (Era muy frecuente que los oráculos griegos estuvieran junto a fuentes o pozos de agua.) Por lo que, además de las musas, estaban la o las ninfas, llamadas náyades, asociadas a toda fuente, manantial o riachuelo que hubiera en Grecia, ninfas que, según la mitología griega, también participaban de las reuniónes con las musas en el monte Parnaso, reuniones en las que Apolo tocaba la lira y las asistentes cantaban.

El recinto sagrado (témenos) estaba delimitado por un cerco; se ingresaba a él por el extremo SE y se iba ascendiendo por la ladera recorriendo la Vía Sacra hasta llegar al templo de Apolo. Durante este recorrido se iban sucediendo los "tesoros" de distintas ciudades, pequeños templetes que guardaban los exvotos y donaciones hechas por cada ciudad en honor al dios. También se veían otros monumentos, esculturas y edificios tales como el Bouleuterion y el Pritanéo, con las mismas funciones que ya hemos descripto en el Santuario de Olimpia.

Ya en el siglo VIII a.C. existía en el sitio un templo o altar de Apolo; las excavaciones muestran vestigios de un templo del s.VII a.C. sobre cuyos cimientos se edificó el templo de Apolo en el siglo VI a.C. el que, a su vez, fue destruido por un terremoto. Las ruinas actuales corresponden al templo que fuera reconstruido en el siglo IV a.C. Éste era un templo de orden dórico de 6 columnas (hexástilo) por 15 de profundidad. Tenía un pronaos dístilo "in antis", cella con la estatua de Apolo y, detrás de ésta, el , lugar específico en el cual funcionaba el oráculo y donde se ubicaba la . A continuación del ádyton, un opistódomo, simétrico del pronaos, cerraba la parte central del templo redeada por el peristilo.

Templo de Apolo
Ruinas del Templo de Apolo, Delfos, s.IV a.C.
Vista desde las gradas del teatro

Fotografía: en:User:Adam Carr / CC BY-SA

Tholos de Atenea
Ruinas del Tholos de Atenea Pronea, Delfos, s.IV a.C.
Fotografía: KufoletoAntonio De Lorenzo and Marina Ventayol [CC BY]

Más arriba del templo se encontraba el teatro y con sus gradas se cerraba el recinto del témenos. La existencia de un teatro en el santuario se explica por los Juegos Píticos que, en un principio, se celebraban cada 8 años y eran únicamente competencias poético musicales. Pero ya en el s.VI a.C. se agregaron competencias atléticas y se convirtieron en uno de los cuatro juegos panhelénicos, junto con los que se celebraban en Olimpia, Nemea (Juegos Nemeos) y Corinto (Juegos Istmicos). A partir de ese momento pasaron a celebrarse cada 4 años, intercalados en la mitad del período entre un Juego Olímpico y el siguiente.

Siguiendo el ascenso por la ladera del monte Parnaso, y ya fuera del recinto sagrado, se hallaba el estadio donde se celebraban las pruebas atléticas. Hacia el SE, el camino de acceso al santuario pasaba por un sector llamado Marmaria por el material, mármol, con que estaban realizados los edificios allí ubicados. En este sector, una terraza de unos 150 x 40 metros, se hallaba desde tiempos arcaicos un templo dedicado a Atenea Pronea, cuyo significado es “Atenea frente al templo”, porque desde allí se divisa el templo de Apolo. Había varios altares, el más antiguo del s.VII a.C.; dos tesoros, uno de ellos de la ciudad de Masalia, es del s.VI a.C., el otro no ha sido identificado y un segundo templo de Atenea más nuevo, que fuera destruido por un terremoto. El tholos de Atenea Pronea fue erigido en algún momento entre los años 400 y 375 a.C. con su peristilo de orden dórico del que quedan en pie (reconstruidas) 3 columnas y el sector correspondiente del arquitrabe y friso, donde pueden verse algunas metopas con bajorrelieves de la lucha entre amazonas y centauros. Vitruvio atribuye este templo al arquitecto Teodoro de Focea.

Prosiguiendo el camino de ascenso al santuario se encontraba una pista alargada que sería el gimnasio, lugar de entrenamiento y realización de distintas pruebas de atletismo. Dado la escarpada topografía del lugar no había una terraza de la amplitud suficiente para la construcción de un gimnasio y/o palestra tradicionales como los hallados en Olimpia y otras ciudades. A continuación, en un recodo del camino se halla la Fuente Castalia donde los peregrinos debían "purificarse" antes de seguir su ascenso al santuario.

Maqueta
Maqueta del témenos del Santuario de Delfos
Fotografía: Internet Nanosanchez / Public domain

Continuando el camino hacia la izquierda se llegaba a la entrada del témenos y la vía sacra llevaba hasta el templo de Apolo. No hay datos certeros del proceso de consulta al oráculo. Distintas fuentes antiguas dan versiones diferentes. Algunas hablan de que la pitia entraba en trance, murmuraba palabras incoherentes que los sacerdotes interpretaban. Otras fuentes aseguran que hablaba con coherencia y sensatez. Si bien en general, parecen concordar en que la Pitia estaba sentada sobre un trípode ubicado sobre una profunda grieta en la roca, de la cual emanaban unos gases que inducían el trance de la sacerdotisa otras fuentes sostienen que eran las aguas de la fuente Casótide las que provocaban el trance. Durante el siglo XX investigaciones geológicas han encontrado en el substrato rocoso del area, fallas, fracturas y manantiales que pasan debajo del templo de Apolo y que, acontecimientos sísmicos habrian terminado sellando las grietas en la superficie. Gases de hidrocarburos podrían haber surgido a la superficie a travez de esas fracturas y grietas. A su vez, las muestras de agua tomadas en el lugar detectaron pequeñas cantidades de metano, etano y etileno, siendo especialmente este último el que puede provocar estados de euforia, sensación de flotar en el aire, obnubilación, y otros efectos, según la dosis inhalada. Con estas comprobaciones algunos articulistas han dado por resuelto el enigma del oráculo. Sin embargo, cabe preguntarse, si el particular que llevaba su consulta a la pitia estaba en el mismo recinto que ella, ¿no sufriría los mismos efectos? Esto no parece haber sido explicado hasta ahora.


Notas


[1] Para la terminología técnica de arquitectura ver Grecia - Arquitectura 1 de estos Apuntes.

[2] Ministerio de Cultura y Deportes (2012) Odiseo - Antiguos Olímpicos (en griego).

[3] National Geographic: Delfos, el oráculo del dios Apolo