Galleria degli Uffizi, Florencia, Italia
Fotografía: Internet
uccio di Buoninsegna (Siena 1255/60 - Siena 1318/19) fue el primer gran pintor originario de la ciudad de Siena; de gran influencia en su tiempo, se lo considera el iniciador de la llamada escuela sienesa e inspirador de otros pintores sienenses como Simone Martini o los hermanos Lorenzetti, además de sus propios discípulos como Ugolino di Nerio, entre otros. Sin llegar al pronunciado naturalismo que hizo tan innovadora la obra de Giotto, la pintura de Duccio recoge la grave y austera belleza de siglos de tradición bizantina y le infunde un nuevo hálito de humanidad, expresividad y calidez, en consonancia con las prédicas que las nuevas órdenes franciscana y dominica difundían. Destaca su poder narrativo con escenas de gran viveza y colorido, no exentas de efectos dramáticos y de movimiento. Duccio integra de pleno derecho, el trio de pintores de los siglos XIII y XIV, junto a sus colegas de la escuela florentina Cimabue y Giotto, unánimemente considerado como los precursores del Renacimiento italiano.
En 1285 realizó su primera obra de importancia: una Madonna de gran tamaño que le fue encargada para la iglesia florentina de Santa María Novella; ésta fue, con casi total certeza, la Madonna Rucellai (actualmente en la Galleria degli Uffizi). Probablemente haya sido durante su estancia en Florencia que conoció la obra de Cimabue que le inspiró a renovar el arcaico estilo sienés en el que se había formado, para sentar las bases de su nuevo estilo en el que sus figuras ganan en peso coróreo, sus escenas se configuran con un concepto más espacial, armoniosa composición, elegancia formal y mayor colorido.
Luego de la Madonna Rucellai realiza varias obras menores, como la Madonna de los Franciscanos, actualmente en la Pinacoteca Nacional de Siena. Se le han atribuido muchas más sin que haya certeza documentada sobre su autoría; tal el caso de las Escenas de la vida de Cristo y de San Francisco del Fogg Art Museum de Cambridge, USA o la Madonna con el Niño de Buonconvento, Siena. Más segura es su autoría de la Madonna y dos santos de la Galería Nacional de Londres y otra Madonna con el Niño expuesta en la Galería Nacional de Perugia.
En 1308 Duccio alcanza la cumbre de su carrera con el encargo de una imponente destinada al altar mayor de la Catedral de Siena. El contrato especificaba que Duccio debía trabajar en ella en forma exclusiva «según su mejor ciencia y conocimiento.» Una adenda del contrato establece que el reverso del retablo debía contener escenas de la vida y pasión de Cristo. La elección de una Maestà como retablo del altar mayor del Duomo de Siena tiene que ver con que el retablo debía sustituir la Madonna del Voto realizada 50 años antes en conmemoración de la victoria de Siena sobre Florencia en la batalla de Montaperti (1260) en la guerra entre güelfos y gibelinos. Durante el conflicto, Siena había nombrado a la Virgen —patrona de la catedral— como reina de la ciudad, El retablo existente del altar mayor representaba ese juramento cumplido, por lo que el nuevo, con la Virgen entronizada, debía materializar el reinado de María sobre la ciudad.
Panel central del frente del retablo
Fotografía: Internet, Dominio Público (vía Wikimedia Commons)
La obra fue terminada en 1311 y llevada en solemne procesión desde el taller de Duccio hasta la Catedral y colocado con gran ceremonia. Estuvo en el altar mayor hasta 1506 cuando fue trasladado a otro altar. En 1771 fue retirado y desmontado para repartir sus imágenes en varios altares. El desarmado incluyó retirar el marco, las tablas del ático y la predela, pero la parte central compuesta por tablas verticales de un lado y horizontales del otro, encoladas y clavadas, sufrió algunos daños por lo dificultoso que fue desarmarla; recién en 1956 se repararon esos daños al ser restaurada la obra. Las diferentes partes del retablo se dispersaron rápidamente. La mayor parte aun permanece en Siena, en el Museo de la Catedral, pero algunos paneles se han perdido y otros están en varios museos y colecciones extranjeras. Todas esta peripecias nos han impedido conocer como era en su totalidad, el retablo original. Se han hecho algunos montajes fotográficos en base a las partes existentes, pero lo perdido o destruido en el proceso de desmontaje y dispersión de las tablas, no puede adivinarse.
El panel central del retablo nos presenta a la Virgen con el Niño, sentada en un trono muy elaborado de estilo gótico italiano. En el escalón inferior hay una leyenda: «Santa Madre de Dios, da la paz a Siena, guarda la vida de Duccio, que así te pintó». Una multitud de ángeles y santos rodean a la Virgen por ambos lados; en primer plano están arrodillados Sant'Ansano, San Sabino, San Crescenzio y San Vittore, los protectores de Siena, y de pie, Sant'Agnese y Santa Caterina d'Alessandria, tambien protectoras de la ciudad, están ubicadas en ambos extremos envueltas en grandes mantos. En segunda línea puede verse a San Pablo y San Juan Evangelista a la izquierda y a San Juan Bautista y San Pedro a la derecha. Veinte ángeles forman una hueste coral en el último plano. Por sobre ellos, diez apóstoles figuran en sendos nichos representados de medio cuerpo y en menor tamaño (con Pedro y Juan, ubicados al lado de la Virgen, completan los doce discípulos de Jesús).
Fotografía: (composición) Web Gallery of Art - Dominio Público (vía Wikimedia Commons)
Sobre este panel central, un ático compuesto por siete pináculos, presenta en la base escenas de la vida de la Virgen, comenzando con la Anunciación de su muerte (escena similar a la Anunciación) a la izquierda y el entierro de María en el extremo derecho; completan los pináculos figuras de ángeles en la parte superior. La base o contiene escenas de la infancia de Jesús, alternadas con figuras de profetas. Comienzan a la izquierda con la Anunciación y concluyen en el extremo derecho con Jesús discutiendo con los doctores del Templo a sus 12 años[1].
Fotografía: Wikimedia Commons - Dominio Público
El dorso del panel central relata la Pasión de Cristo en 26 escenas. El orden y ubicación original de estas escenas es materia de controversia entre los expertos, por lo que el montaje exhibido en el Museo de la Obra de la Catedral, arriba reproducido, es hipotético. El dorso de la predela estaba compuesto por 9 escenas (1 perdida) de la vida y milagros de Cristo; el ático por su parte mostraba escenas de la Ascensión de Jesús.
Fotografía: Wikimedia Commons - Dominio Público
En total más de 75 imágenes de pequeño tamaño componen esta Maestà ubicadas arriba, abajo y por detrás del panel principal con la Virgen entronizada, el Niño en su falda y ángeles y santos distribuidos a ambos lados. Una obra única en muchos aspectos que presenta un marcado contraste entre el panel central con sus mayestáticas figuras equilibradamente compuestas en un esquema estático y simétrico, sobre un fondo dorado que remite al arte bizantino, y los demás paneles en los que Duccio se revela como un excelente narrador visual y produce unas imágenes plenas de colorido, movimiento y marcada espacialidad (dada por la ambientación paisajista de las escenas con un esbozo intuitivo de perspectiva y la ubicación de los personajes en distintos planos), lo que claramente lo ubica como antecedente del clasicismo renacentista que alumbrará en Italia un siglo más tarde.
Panel inferior izquierdo del reverso de la “Maestà”
de la Catedral de Siena
Fotografía: Dominio Público (via Wikimedia Commons)
de la “Maestà” de la Catedral de Siena
Fotografía: Wikimedia Commons - Dominio Público
Fotografía: Wikimedia Commons - Dominio Público