A juzgar por las evidencias hasta ahora encontradas, el Hombre manifestó el impulso de expresarse por medio de imágenes trazadas o modeladas por su mano casi desde su aparición sobre la Tierra. ¿De donde nos viene tal impulso? Sólo hay hipótesis, ninguna certeza[1] Lo cierto es que somos la única especie en el planeta que manifiesta tal inquietud y no ha existido pueblo alguno sobre la Tierra que no haya producido elementos que hoy podemos incluír dentro de las artes visuales. De acuerdo con los hallazgos más recientes, y aplicando los modernos métodos de datación, las pinturas encontradas en diversas cuevas de España, datarían de hace entre 64.000 a 66.000 años de antigüedad. Lo más sorprendente de esto es que, dado su antigüedad, no habrían sido realizadas por seres humanos —Homo sapiens, los que habrían llegado a Europa 20.000 años más tarde— sino por sus antecesores, los neandertales,[2] a quienes, hasta no hace mucho tiempo, se los consideraba incapaces de tal cosa. Esto pone en evidencia que nuestra “voluntad de representar gráficamente” ideas, pensamientos y creencias, nos viene desde los remotos confines del tiempo. Como todos podemos ver, esa voluntad de expresarse en imágenes se ha desarrollado a lo largo de la Historia y hoy está más presente que nunca. En esta página vamos a ver qué características tuvo en sus lejanos comienzos. Dos modos fundamentales adoptaron los hombres de la Prehistoria para sus expresiones artísticas: Arte Rupestre: pinturas y grabados sobre paredes rocosas exteriores o en el interior de cuevas Arte Mueble: figuras talladas en hueso o piedra, de pequeño tamaño, fáciles de transportar en los desplazamientos propios de una vida nómade. Los dibujos y grabados sobre paredes rocosas están compuestos por figuras de animales, símbolos abstractos, diseños de puntos o manos. Pero fundamentalmente puede considerarse un arte de cazadores, cuya expresión naturalista es producto de largas horas de acecho a la presa. En las figuras de animales predomina un énfasis sobre lo deseado: aparecen exageradas las características requeridas de la figura representada, (p.ej.: el cuerpo del animal que servirá de alimento), y reducidos los aspectos negativos, (las patas del animal cuya debilidad daría mejores posibilidades al cazador y viceversa). Si bien cabe aclarar que no siempre los animales representados eran los que acostumbraban cazar para alimentarse. Según las regiones se encuentra una mayor o menor estilización en las figuras. La mayoría de los animales están superpuestos sin un plan de presentación, aislados unos de otros. No existen líneas de referencia que indiquen la existencia de suelo. Casi siempre la representación da una visión de perfil (existen muy pocos ejemplos de representación frontal de un animal), revelando un excelente sentido de la observación en el detalle de los contornos y la sugerencia del movimiento. La figura humana en cambio es siempre muy esquemática. Son frecuentes las manos, pintadas en dos maneras: apoyando sobre la roca la palma de la mano cubierta de pintura, –mano positiva–, o apoyando la mano y pintando los bordes, –mano negativa–. Siluetas humanas en la gruta de Levanzo, Italia Mano Positiva, Cueva de las Manos, Argentina Mano Negativa, Cueva de las Manos, Argentina En el Neolítico el Hombre paulatinamente abandona el nomadismo. La domesticación de animales de consumo y, fundamentalmente la adquisición de habilidades agrícolas —la llamada revolución agrícola—, lo llevan a asentarse en lugares propicios para el cultivo y la cria de ganado. Es así que aparecen las primeras manifestaciones de lo que puede considerarse una "proto-arquitectura", es decir, estructuras que modifican el entorno natural y son construidas exprofeso para cumplir una función determinada. Si bien de sus chozas, en general, han quedado escasos vestigios por haber sido realizadas casi siempre con materiales de duración limitada (una vida o poco más), para los espacios de enterramiento y otros rituales, el Hombre buscó una larga permanencia en el tiempo. Así dejaron estructuras en piedra que han llegado hasto nuestros días. Estructuras mortuorias como Dólmenes y menhires y notables espacios rituales, como Stonehenge y otros. También aparece la cerámica y el trabajo en metal (vajilla, adornos y joyas). En la pintura se acentua la estilización de las figuras, mejora el delineado de la figura humana con indicación de ropas y adornos y aparece el movimiento y la representación de actividades pastoriles y de labranza. Hay también una mayor presencia de diseños abstractos que, según se supone, tendrían la intención de transmitir algún tipo de información. Si tal fuera el caso, representarían el comienzo de lo que, luego de milenios, llego a ser el desarrollo de los sistemas de escritura, que marcan la transición entre la Prehistoria y la Historia. Pintura rupestre en los Montes Tassilli, Argelia Conjunto de Stonehenge, Inglaterra Temas Durante el período Paleolítico predominan las representaciones de animales, posiblemente por ser éstos la principal preocupación para quienes dependian de la caza para proveerse de proteinas. Se encuentran también figuras humanas, signos o símbolos abstractos, lineas, puntos alineados o agrupados, y otras formas. En notable que no existan representaciones vegetales siendo que la recolección de frutos era una importante fuente de alimentación, especialmente cuando escaseaba la caza. Ya en el Neolítico aparecen escenas que muestran actividades como cacerías, peleas entre grupos humanos, recolección de miel u otras actividades cotidianas de tipo pastoril; recordemos, como ya se señaló arriba, que en este período se produce el paso de la vida nómade a la sedentaria, de la caza y la recolección de frutos a la producción de alimentos mediante el cultivo y la cría de ganado. Aspectos Estilísticos En este período se hace dificil hablar de "estilo", entendido éste como una ley o serie de leyes que otorgan unidad a las obras de un determinado período histórico y de un específico ámbito social y geográfico; formas o aspéctos carácterísticos que las hacen claramente identificables como pertenecientes a un ámbito y una época particular. Cuando los artistas salieron del anonimato (ya muy avanzada la era cristiana) pudo extenderse este concepto a las obras de un artista o de un grupo de artistas. De la misma definición surge la dificultad para aplicar el concepto de estilo durante la Prehistoria. Algunos expertos han intentado determinar estilos aislando trazos comunes a varias representaciones de diferentes localizaciones, (en la Cantabria española, por ejemplo) pero de esta forma puede llegar a tenerse una variedad muy amplia de supuestos estilos, sin poder determinarse con claridad zonificaciones con un estilo común o una evolución de las formas a través de tan extenso período. Notas [1] Una revisión de estas hipótesis puede hallarse en el trabajo de la Dra. María Isabel Rodríguez López ″El Arte del Paleolítico Superior (I)″ pag. 3 [2] Para interesarse por estos últimos descubrimientos, puede verse esta nota del portal Gismondo.
