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Arte y Sociedad


E

l pueblo egipcio concebía la vida como permanencia. «No quiere morir y espera siempre poder prolongar, en la ultratuma, su existencia terrenal (...) llamando al reino de los muertos país de la vida, donde el hombre, vivo, va a descansar.»[1] Esta concepción que niega el fin de la vida y, por lo tanto, su renovación, derivó en una civilización profundamente conservadora y estática, estructurada en reglas y convencionalismos que se mantuvieron a lo largo de 3000 años con muy pocas variantes. Y su arte es la más evidente manifestación de esta concepción. En Egipto el arte estuvo al servicio del Estado, de la religión y del Faraón; reflejaba las creencias religiosas, el sistema de jerarquías sociales, las costumbres y el modo de vida. Siendo su inspiración ritual, perduraron en él creencias de raíz prehistórica, como la identidad de imagen y modelo: la imagen, en virtud de la magia, "es" el ser humano o divino que representa. Así las pinturas y bajo relieves que se realizaban en los muros de las tumbas y las esculturas que se ubicaban en ellas, tenían la pretensión de mantener vivo al ser representado. En un pasado lejano, existió la costumbre de que en la tumba, un rey o señor poderoso estuviera acompañado por sus criados y esclavos, para que tuviera en el más allá todo lo que en vida necesitó, por lo que se los sacrificaba y enterraba junto a su señor. Más tarde el arte acudió en ayuda de estos pobres infelices y en lugar de los criados reales se los sustituyó por sus representaciones.

Los muros de una tumba estaban cubiertos por pinturas y textos que relataban no solo quién era, su nombre y los títulos, cargos y honores que obtuvo en vida el difunto, sino también qué trabajo tenía y en qué actividades distraía su tiempo libre. Se lo ve acompañado con su esposa, a veces por alguna concubina también, con sus hijos y sirvientes. Son estas imágenes las que nos muestran las tecnologías aplicadas para cultivar, cazar o pescar. Mucho de lo que se sabe sobre el antiguo Egipto, se obtuvo de estas que podríamos llamar: "tumbas historiadas"

Rey Horemheb

Desde los orígenes predinásticos el culto a los muertos puso de manifiesto la pirámide jerárquica en que se fue estructurando la sociedad egipcia. No solamente en la mayor o menor variedad y riqueza del "ajuar funerario", sino también en la arquitectura misma de la tumba y su decoración. Es así que la distancia entre el tamaño y la decoración de las tumbas de reyes, sacerdotes y nobles, y de los artesanos y gentes del pueblo se fue ampliando cada vez más a lo largo de la Historia de Egipto. De las tumbas de los primeros tiempos solo quedan restos excavados, desconociéndose la imagen que tendrían sobre el nivel del suelo, pero en estos restos arqueológicos ya se hace evidente que a mayor jerarquía social del difunto, más grande y compleja en cantidad de cámaras y corredores es la tumba. El tamaño y complejidad va creciendo a lo largo de esos primeros siglos; al comenzar el Imperio Antiguo con la tercera dinastía, el proceso hacia la monumentalidad continúa para culminar en las pirámides del Conjunto de Gizeh.


Tumba

En la necrópolis de Sakkara aparece primero el modelo de tumba denominado "mastaba" y mas tarde, la primer "pirámide": la pirámide escalonada del faraón Zoser o Djeser. Ésta fue ideada por el primer arquitecto que puso su nombre en la Historia, el sabio Imohtep, "polímata" y Sumo sacerdote de Heliópolis, que superponiendo mastabas de tamaño decreciente, logró la tumba más imponente que se hubiera construido hasta entonces. Fue también, junto con el conjunto funerario del que forma parte, la primer construcción en piedra, pues hasta ese momento todas las construcciones habían sido realizadas con ladrillos de adobe.


Pirámide escalonada

Las revueltas civiles, las sequías y las hambrunas que producen, sumado al debilitamiento de la autoridad real por el incremento del poder de la nobleza y los sacerdotes —en particular los del culto de Amon—, ponen fin al Imperio Antiguo, y producen en el pueblo egipcio una transformación social radical. Una cierta toma de conciencia sobre la vida y la muerte y una pérdida de fe respecto del faraón y su condición de Dios en la Tierra, son algunas de las consecuencias del llamado Primer Período Intermedio. Le sucederá un Imperio Medio caracterizado por la lucha de poder entre los príncipes de Tebas y la casa real de Heracleópolis Se debilita en alguna medida el sentido de eternidad (quedan escasos vestigios de las tumbas construidas en este período al retornar el adobe como material para las construcciones funerarias) aunque continúa siendo el culto a los muertos y la vida en el Más Allá el eje de la cultura egipcia.


Karnak

Este proceso sin duda redunda en una mayor atención sobre la vida terrenal que se ve reflejada en la representación que ganó en realismo y frescura, manifiestándose en pequeños detalles como la expresión de los rostros, las vestimentas y adornos, o la sugerencia de movimiento en las figuras. Abundan los temas de la vida cotidiana sin que, en lo fundamental, se vean modificadas las convenciones representativas. Luego de casi tres siglos y en medio de la declinación del poder real consumido por luchas palaciegas, la invasión de los Hicsos pone fin al Imperio Medio, dominando todo el territorio egipcio. Este llamado Segúndo Período Intermedio terminará cuando los principes tebanos expulsen a los invasores y restauren el poder real en todo el valle del Nilo, dando comienzo a un período de estabilidad politica y floreciemiento económico, el Imperio Nuevo, que se verá reflejado en el retorno de la monumentalidad del Imperio Antiguo, reflejada en las imponentes construcciones de templos y tumbas reales en Luxor, Karnac y el Valle de los Reyes. Durante este período se dará un corto momento en que se desarrolla la revolución amarnense que llevará la representación a un naturalismo nunca visto en Egipto y que, una vez derrotada y borrados los cambios que pretendió introducir, alguna influencia dejó en la estilizada elegancia y finura en los detalles que caracteriza la representación en el Imperio Nuevo.

Torso

Valoración Social y Modo de Trabajo del Artista


E

l artista es considerado un artesano, poseedor de un oficio, igual que un carpintero o un zapatero. Ya en época tan temprana se manifiesta la general minusvalia social que el trabajo manual va a mantener en las sociedades occidentales hasta el siglo XV y aun después, contrastando con el alto valor dado al trabajo intelectual de escribas, poetas o músicos. Sólo al arquitecto se le reconoce una labor espiritual previa al trabajo manual, que es posterior y ejecutado por obreros. Aunque durante el Imperio Nuevo, la consideración del artista fue creciendo algo, su papel en la sociedad eqipcia fue siempre subordinado.

En este período los artistas fueron anónimos artesanos que trabajaban como empleados libres o forzados, ya fuera como jornaleros de libre contratación o como esclavos de por vida, en los talleres que poseían los palacios reales y templos, donde se realizaban las obras pedidas por el Faraón, los sacerdotes y los nobles para sus tumbas y templos funerarios, siguiendo formas de representación establecidas y normalizadas desde los comienzos de la civilización egipcia. Aunque estos talleres eran los más grandes y de mayor producción, también había talleres independientes en las ciudades más importantes, donde grupos de artesanos contrataban libremente con una clientela civil.


Escultor egipcio

Notas


[1]Wilhelm Worringer, El arte egipcio; Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1972, cap. I


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